martes, 15 de marzo de 2011

¿EL PROGRESO Y LAS RIQUEZAS SON SUFICIENTES PARA SER FELICES?

Holanda es una de los paises de Europa con los  mejores niveles de vida en el mundo. No hay políticos ni gobernantes  corruptos,  por lo  menos así lo demuestran los hechos, contrario a  como sí ocurre en nuestros países. Los impuestos que pagan los ciudadanos son  invertidos  en obras para beneficio de todos,  además hay excelentes ayudas para  los ancianos,  para los desempleados, enfermos  e imposibilitados. Además todos, los niños, jóvenes y adultos mayores,  tienen educación  gratuita.  El que quiera estudiar toda  la vida, puede hacerlo porque el Estado brinda la posibilidad de que la gente se capacite mientras trabaja, porque hay claridad de que la educación y el buen uso de los recursos públicos son el mejor camino para alcanzar  el  progreso. 

A pesar de la pulcritud en las vías, a pesar del desarrollo, a pesar de la paz que se respira, a pesar del progreso de todos, hay un gran problema en Holanda, el común de la gente no cree en Dios, porque todos consideran que el hombre y el dinero   puede conseguir lo que sea sin la ayuda de Dios. Esta falta de fe  lleva a muichos  a perder el sentido de la vida.

 Según las autoridades este  País tiene los niveles de suicidios más altas en el mundo.  Es decir, que a pesar de tenerlo todo, la gente no es feliz, la gente anda triste, deprimida y por eso atenta contra su vida.  Esta realidad de Holanda, es la misma que se da en otros países  desarrollados.  Por un lado   el progreso, la comodidad y todas las posibilidades  para que a nivel material las personas alcancen su realización, sin embargo en su interior hay vacíos  y  soledades  que los lleva a atentar contra su propia existencia, porque no reconocen a Dios presente en su corazón quien es el único que  le da respuesta a todo.

Esta realidad de los paises desarrollados  la comparto,  mis hermanos,  para  que  jamás olvidemos que, paralelo a nuestras luchas diarias  para hacer realidad   nuestras metas a nivel material,  no perdamos de vista que  debemos abrirle a Dios  un espacio de nuestro corazón. Sólo  Él puede hacernos felices. Dios te bendiga.

domingo, 6 de marzo de 2011

¿QUIERES SER EL MÁS IMPORTANTE?

Vivimos en una época en la que, aún, un sector de la ciudad determina el valor de  una persona por  la cantidad de dinero que circule por su cuenta corriente, o por la cantidad de propiedades que posea. Mientras más se tenga, en términos materiales, más importante se es. Lo que quiere decir que, si no se tiene nada que mostrar, no se es valorado, no se es  reconocido y mucho menos se es tenido en cuenta para eventos especiales.

Esta forma miope y mezquina de definir el valor de los hombres  no tiene en cuenta lo que hace quien se rodea de cosas y de dinero para conseguirlo.  El camino  que se siguió, las estrategias que  se implementaron, las alianzas que tuvo que realizar y sobretodo el daño  producido  a la otra  persona   no  cuenta.  Eso forma parte del pasado, lo que cuenta es el presente, el ahora y lo que se ve.  Es  por ello que muchos hombres y mujeres se han obsesionado por la búsqueda de dinero cueste lo que cueste, aunque con ello tengan que renunciar a sus principios más fundamentales   como el respeto a la propia dignidad y  a  la dignidad del otro  y el respeto a la vida en todas sus manifestaciones.

Conseguir y acumular dinero es la meta de muchos aunque para ello tenga  que explotar  y ocasionar miseria   a los demás miembros de  su comunidad a través de  actos de corrupción, como lo que hacen nuestros políticos, quienes justifican su accionar argumentando que si no son ellos otros lo hacen por ellos, o simplemente lo que hacen   quienes están detrás de los comercializadores de la droga, los grandes capos; quienes secuestran; quienes viven de la extorsión. Para no ir  tan lejos, como hacen aquellos empresarios que no pagan el salario justo sino que  a costa de  sueldos de hambre a sus trabajadores, aumentan su fortuna particular;  también como hacen aquellos que viven de la usura haciéndose cada vez más ricos con el dinero que les roban  a los pobres a través de intereses elevadísimos  e impagables.

A pesar de todo el trauma y la situación de miseria  que causen estos mal llamados gestores del desarrollo, con frecuencia asistimos a eventos públicos en donde se les hacen reconocimiento por su aporte al progreso del País. Nos preguntamos: ¿progreso de quien? ¿Progreso del País o progreso de ellos?

Con relación a este   tema el Señor Jesús en el Evangelio  nos recuerda algo muy especial. Nos pregunta: ¿quieres ser el más importante? Y en el instante nos responde. ¡Hazte servidor de los demás!  Si quieres ser importante sirve, ayuda, se solidario, piensa primero en el bienestar de los otros. No seas   como los fariseos que buscaban estar en los primeros puestos en los banquetes y reuniones sociales, cuando merecían estar bien lejos, por la dureza  y por la maldad que guardaban  en  su corazón.  En otra parte la palabra recuerda hay más alegría en dar que en recibir, por una razón sencilla, cuando tu abres las manos  para dar a los demás estás preparando el camino par que esas manos se abran a favor tuyo el día que tengas dificultades.  Animo a quienes lean este artículo  a que eduquemos a nuestros hijos en el servicio   a los otros, pero en el servicio sincero, diáfano  y oportuno.  Primero preocúpate por hacer el bien y después haces lo que quieras.