martes, 30 de noviembre de 2010

¿ES POSIBLE SALVAR UN MATRIMONIO EN CRISIS?

La rutina diaria, el pensar que había que ahorrar cada peso para cumplir con el pago de los compromisos adquiridos como pareja y el encontrarse en los mismos espacios reducidos de su apartamento para hablar siempre de los mismos temas, comenzó por debilitar el deseo de querer estar juntos. Con el paso de las semanas ya no se soportaban. Las palabras tiernas y comprensivas de los primeros años de vida en pareja, fueron reemplazadas por expresiones como: “ ya no te soporto,” “para qué se casa uno”, “lamento el día en que te conocí,” “mejor estar sola que mal acompañada,” “ tú no sirves para nada,” “he perdido el tiempo a tu lado,” “eres un (a) inútil,” “eres una basura,” “si me quedo a tu lado es por mis hijos,” “eres un (a) hipócrita,” “definitivamente ya no te quiero.” Ninguno quería escuchar al otro, porque  parecía que todo lo que dijera no valía la pena.

Llegar al hogar se convertía para ambos en una verdadera tortura porque ya no coincidían en nada. Si él opinaba esto, ella decía lo contrario. Si era ella quien tomaba la iniciativa para alguna cosa, para él eso no servía. A partir de este momento comenzaron los maltratos verbales y psicológicos desde ambos lados. Estas circunstancias habían llevado a que ambos llegaran a la conclusión de que se habían equivocado de pareja. Habían llegado a la conclusión que el amor se había acabado e incluso que tal vez no había sido amor lo que los unió, sino un simple capricho. Lo peor es que inicialmente nadie quería dar su brazo a torcer. A simple vista el mejor camino era la separación y en eso ya estaban pensando. Tal vez habrá otra persona con la que cada uno sea feliz.

Hoy, cuando esta pareja que estuvo a punto de separarse, están próximas a cumplir los primeros veinticinco años de matrimonio, se refieren a esta etapa difícil de su vida en pareja de manera anecdótica. Fue una época difícil pero de la cual sacaron grandes enseñanzas. Hoy son inmensamente felices. ¿Qué logró salvar este matrimonio que iba rumbo a la separación? Cuentan que un día, por cosas de Dios, él le pidió que salieran solos, sin los niños a compartir un instante en un ambiente distinto al de las cuatro paredes de su apartamento. Dicen que nunca antes lo habían hecho, escucharon música romántica, “hablaron” de sus sentimientos y del amor que los unió en el noviazgo, bailaron hasta a la media noche. Al día siguiente fueron también solos a la Eucaristía. Si proponérselos, cada uno comenzó a cambiar de actitud hacia el otro. Comenzaron a cambiar las palabras críticas por palabras que expresan ternura y desde entonces cada semana, después de la rutina del trabajo han sacado tiempo sólo para ellos y en lugares distintos a su hogar. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

¡SI QUIERES RECIBIR BENDICIONES, SÉ INSTRUMENTO DE BENDICIÓN PARA LOS OTROS!

“…unos días después Jesús entró en Caparnaún. En cuanto se supo que estaba en casa, se juntó tanta gente que ni siquiera cabían frente a la puerta; y Él les anunciaba el mensaje. Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. Pero como había mucha gente y no podían llegar hasta Jesús, quitaron parte del techo, encima donde Él estaba y por la abertura bajaron en una camilla al enfermo. Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: hijo Mío, tus pecados te son perdonados.

Algunos maestros de la Ley que estaban allí sentados, pensaron: ¿cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Sólo Dios puede perdonar pecados. Pero Jesús, enseguida, se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: -¿por qué piensan ustedes así? ¿qué es más fácil, decirle al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle:” Levántate, tima tu camilla y anda? Pues voy a demostrar que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecado. Entonces le dijo al paralítico: - A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo: Nunca hemos visto una cosa así.”

Después de leer esta Apalabra, me surgen varias inquietudes. La primera inquietud es conocer cuales fueron las verdaderas razones que movieron a toda esta gente a agolparse frente a la puerta de la casa donde estaba Jesús. Dice el texto que el señor, les anunciaba el Mensaje, tal y como hoy miles de sacerdotes y misioneros de todo el mundo lo continúan haciendo. Pero ¿Realmente iban por el mensaje que se les anunciaba? O ¿simplemente porque querían ser testigos oculares de los milagros haría? Nosotros tenemos que tener claro mis hermanos que a Jesús lo buscamos simplemente porque Él es Dios y porque en Él encontramos sentido a todas las cosas que hacemos, porque Él es la luz que necesitamos para recorrer el camino de nuestra propia historia. Muchos creyentes participan de las celebraciones eucarísticas no tanto porque están convencidos de que el Señor ya está aconteciendo en sus vidas sino porque quieren que haga otros milagros de manera rápida y concreta, por ejemplo, que les de un trabajo, que sane a un enfermo de la familia, que convierta al esposo ó a un hijo, que haga distinto a sus padres. En fin, la búsqueda rápida de la solución de esas situaciones que hoy les impiden ser plenamente feliz.

Quiero dejar algo muy claro, el Señor seguirá siendo nuestro Dios, aunque no nos consideremos merecedores de ciertas situaciones negativas.

El segundo aspecto que me sorprende de este pasaje, es el ingenio, es la fortaleza, es la decisión de las cuatro personas que transportaban al paralítico en la camilla. Dice la palabra que la puerta estaba atiborrada de gente que les impedía el paso y sin embargo buscaron la forma de llegar hasta el techo, levantar unas láminas y a través de una abertura llevar el enfermo hasta Jesús. A muchos de nosotros cualquier obstáculo pequeño nos hace bajar la guardia, cualquier obstáculo pequeño nos hace desanimar, cualquier situación difícil nos hace llenar de dudas el corazón. No mis amigos, si en tu caminar con Jesús o hacia Jesús se te presentan situaciones difíciles, en ese momento es cuando más debes dar rienda suelta a tu fuerza y a tu creatividad para recibir de Él sus bendiciones.

El tercer aspecto tiene que ver con la capacidad de servicio de estos hombres. Las barreras y los obstáculos que tuvieron que enfrentar fueron para el servicio de otro más necesitado de Dios. Normalmente, en nuestras oraciones personales, pedimos a Dios, por la solución de nuestros propios problemas. Normalmente luchamos por conseguir lo que necesitamos de manera individual. En este pasaje el Señor nos recuerda que no podemos avanzar en la experiencia y en el conocimiento de Dios de manera solitaria. Nuestra lucha, nuestro trabajo ha de beneficiar a todos los que nos rodean. Los creyentes estamos llamados a ser instrumento de bendición para los otros, sólo después recibiremos bendiciones el Creador.

jueves, 11 de noviembre de 2010

“YO QUIERO, YO PUEDO Y CON LA AYUDA DE DIOS LO VOY A LOGRAR”

Los seres humanos   deberíamos preocuparnos  por comprender el poder que tienen las palabras  y las frases.  Una sola frase  pronunciada   de manera inoportuna puede significar el final de una relación  de amistad, una relación de pareja o el impedimento para que un negocio se cristalice. Los prudentes suelen decir que hay que pensar muy bien antes de hablar  y de actuar,  por algo dice el refrán que: “la prudencia es de sabios”, sin  embargo desafortunadamente, muchos hablan y actúan y después reflexionan, cuando ya no hay nada que hacer. Los  que  actúan de esta manera olvidan  que; “después de ojo afuera no hay Santa Lucía que valga.” Conozco muchas familias que se han enfrentado hasta destruirse simplemente porque un día alguien,  cegado por la furia, se le ocurrió decir alguna  palabra dura que terminó por afectarlos a todos.  También conozco relaciones de amistad de muchos años que se han venido a pique, simplemente porque alguien cometió el error  de no medir sus palabras.

Las palabras y frases inapropiadas, así como hacen daño en la relación que sostenemos con terceros, de la misma manera pueden afectar la forma particular que tenemos las personas de  resolver las situaciones del día a día.  Es decir que las palabras no sólo afectan o benefician a  quienes las escuchan, sino a aquel que las pronuncia y las cree como una verdad absoluta. En este caso me acuerdo  de la gente que todos los días se maltratan diciéndose a sí mismas  que no sirven para nada, que no son capaces de superar las dificultades, que no  pueden etc. Quien  se refiere a sí mismo de esta manera termina convencido de que es un bueno para nada  y no hace lo necesario para salir adelante.

Mucha gente  está pasando dificultades  y lo que es peor, está permitiendo que su familia pase dificultades porque se ha convencido de que es un incapaz, de que no sirve, de que es bruto.  No estoy exagerando se califican simplemente como unos incapaces. Es obvio que una persona que tenga ese concepto tan pobre de sí misma, no puede pretender que los demás le digan que si es inteligente, que sí puede, que vale la pena seguir. La vida no puede ser así.

Valdría la pena que quienes están leyendo estas páginas  analicen que tanto  daño  están haciéndole  a los otros y que tanto daño se están haciendo  a sí mismas con las palabras que pronuncian. Si descubres que  te has equivocado en este sentido  te invito    a que cambies de actitud de manera radical. Un buen ejercicio consiste en cambiar de actitud. Si antes  eras negativo, si antes eras crítico, si antes le encontrabas pero a todo. Trata de encontrar en cada cosa todo lo positivo que haya en ella y lo bueno que tenga fortalécelo  con tu aporte y con tu sabiduría.

A nivel personal te animo a que en vez de decir que no se puede, digas más bien: “yo quiero, yo puedo por eso con la fuerza y la inteligencia que tengo y con la  ayuda de Dios lo voy a lograr

lunes, 1 de noviembre de 2010

¿SABES POR QUÉ EL POETA JULIO FLORES SE QUEDÓ EN USIACURÍ?

Hola a todos. Una de las figuraras literarias más representativas de Colombia de finales del siglo XVIII y comienzo del siglo XIX es el poeta Julio Flores. Un hombre nacido en el año 1.867 en Chiquinquirá Boyacá, hijo de familia liberal y cuyo padre ocupó cargos muy importantes en la vida política del País. Desde temprana edad mostró su inclinación por la poesía, pasión que lo llevó a ser querido y admirado no sólo por la sociedad colombiana sino por los amantes de las letras en toda América Latina y Europa. A pesar de su reconocimiento y su cercanía a los sectores de poder, rechazó muchos cargos públicos. Fue expulsado del País por el general Rafael Reyes, sin embargo a su regreso fue nombrado por el mismo Reyes para ocupar un cargo público importante. A raíz de una enfermedad que padecía llegó en el año 1.909 a Usiacurí población del Departamento del Atlántico para sumergirse en un manantial al que se le atribuían poderes medicinales. El ambiente de paz que se respiraba en el pueblo, su ubicación geográfica y el amor por Petrona, una joven nativa, hicieron que Julio Flores se radicara en esta población hasta el día de su muerte en el año de 1.923. Para entonces el poeta ya había tenido cinco hijos con Petrona y alternaba la escritura con las actividades agrícolas y ganaderas. La historia  de este personaje me animaron a visitar  Usiacurí y además de conocer la casa donde vivió el poeta recorrí sus empinadas calles hasta la cima, donde se encuentra erigida la iglesia. La belleza de la población lo ha llevado a ser considerado como el pesebre del Departamento del Atlántico. Sin lugar a dudas es uno de los sitios que debemos conocer y disfrutar, como muestra del amor por lo nuestro.