lunes, 24 de enero de 2011

ORACIÓN PARA FORTALECER EL AMOR DE PAREJA


Jesús,  Tú que naciste y te criaste en una familia  llena de amor  y de paz,  que fuiste testigo del amor que unió a  María y San José,  quien  eres nuestro único y verdadero  Dios, escucha mi plegaria. Hoy Quiero poner en tus manos el amor que me une a mi pareja. Tu sabes cuán importante ha sido para mí el haber podido compartir mi vida a su lado. 

Cada minuto,  cada día, cada mes transcurrido ha sido una oportunidad para crecer, ha sido una oportunidad para renunciar a mis actitudes individualistas  y   abrirme enteramente a su amor. Te pido Señor que nos ayudes   a seguir juntos todos los días de nuestra vida. Que no haya circunstancia,  que no haya dolor, que no haya adversidad que nos haga renunciar a este proyecto que has puesto en nuestras manos.  Que este hogar sea un espacio de oración, que este hogar sea un santuario levantado en tu nombre  y  para tu gloria. Que no haya espacio para el pesimismo, para el no se puede. Todo lo podemos en Tí Señor que nos fortaleces, todo lo podemos en Tí que eres un Señor bueno y misericordioso; todo Señor es posible para el que ama, todo es posible para el que abre su corazón a tus maravillas. Gracias Jesús, gracias Señor, gracias bendito Dios. Alabado sea tu nombre por siempre.

Si en el pasado cometí algún error que haya ocasionado heridas a su corazón, te pido le ayudes a sanar esas heridas y me propongo, hoy y siempre,   a hacer todo lo que esté a mi alcance para recuperar el tiempo perdido y resarcir  el mal que le haya ocasionado.   De la misma manera, danos salud,  danos los recursos necesarios, y  danos el tiempo para  compartir juntos y disfrutar de   tu compañía. Desde hoy para siempre. Que tu sangre  y tú Espíritu Santo  sellen esta relación y la haga inmune a las asechanzas del  maligno. Todo esto te le pido a  tí  que eres  mi Dios y me amas, amen.

Sugiero leer tambien Ventajas de la fidelidad en la relación de pareja. 
 Ingresa aquí: https://bernardotorresrodriguez.blogspot.com/2019/10/ventajas-de-ser-fiel-tu-pareja.html

miércoles, 19 de enero de 2011

¿CÓMO RECUPERAR LA RELACIÓN CON MI PAREJA CUANDO HE TRAICIONADO SU CONFIANZA?

Aceptar que se ha cometido un error. – Lo más difícil para algunos individuos es  aceptar la falla cometida. Muchas personas, después de sus errores, se auto protegen con una serie de excusas  con las que  sólo buscan lograr la comprensión de los demás. No solo se equivocan, sino que pretenden que el conyugue o la conyugue les digan que no se han equivocado y que ellos fueron los causantes. Lo primero, entonces, es aceptar el error, y para aceptarlos necesitamos ser humildes. Necesitamos reconocer que no somos perfectos y que por lo tanto fallamos. Además de asumir una actitud humilde,  es perentorio no reaccionar ante las presiones y ataques de ira del otro. Es normal que la persona afectada se vuelva histérica, ofensiva, represiva. Esto es una reacción normal que le permitirá liberar todas sus emociones internas. Por lo tanto, es urgente soportar la tormenta. Si en estos instantes de ira también agredes con tus palabras, vas a abrir mucho más las heridas y vas a dañar toda posibilidad de acercamiento.

Ser paciente. – Significa  que hay que esperar. Ante una situación tan evidente, no es suficiente reconocer las faltas con humildad sino que además de eso, debo comprender que el proceso de asimilación tarda días, semanas y en algunos casos hasta meses y años. No se debe pretender que haya borrón y cuenta nueva de la noche a la mañana. Es posible que pase mucho tiempo antes de que la pareja acepte volver a dialogar de manera calmada. Hay que estar preparado para esperar. ¿Cuánto tiempo? Eso no es posible determinarlo. Esto depende de la madurez afectiva de la persona afectada. En algunos casos tomarán la determinación de romper para siempre. Hay que estar preparados en la eventualidad de que eso  suceda. Hay que esperar.

Dar muestras de cambio. – No es suficiente pedir perdón y decir que se va a cambiar, hay que cambiar o de lo contrario se pasará toda la vida cayendo en desgracias. Muchos de los que hoy tienen familias infelices, se debe a la falta de radicalidad  y voluntad para no cometer los mismos errores de antes. Con frecuencia en nuestro medio encontramos personas que no son radicales. Hoy dicen una cosa, y mañana hacen lo contrario. Son inestables y la inestabilidad no le  hace bien ni a la persona, ni a la pareja, ni a la familia ni a la sociedad. Las decisiones que tomemos debemos analizarlas primero y luego las defenderemos y lucharemos por ellas con argumentos y si es posible con nuestras vidas.

Volver a enamorar a la pareja. – Cuando las cosas empiezan a ser favorables, una estrategia muy válida es volver a enamorar. Es decir, es un poco volver a hacer lo que se hacía antes de llegar al matrimonio. Con ternura, con detalles, con actitudes sorpresivas pero agradables. Esto puede ser  útil para una reconquistar. Esto igualmente es un proceso lento y el cual hay que seguir con prudencia.

No está de más recordar que  humano equivocarse, sin embargo no es racional que se  reincida  en las mismas equivocaciones.  Quien pretende que se le perdone dos,  tres y hasta cuatro veces, es un sínico que tal vez se está aprovechando del carácter de su pareja.

Doblar rodillas delante del Señor.-  Soy creyente, qué le vamos a hacer. La experiencia de fe me ha ayudado a descubrir el poder de la oración, por lo tanto la recomiendo, no como un acto mágico, sino como una experiencia intima  de relación del ser humano con Dios  que lo lleva a reconocerse  pequeño y pecador, ante la majestuosidad de aquel que nos ha amado desde siempre.  El abandonarnos en las manos de Dios, después de clamar a El con fe y confianza, cumple  una doble función. Primero nos ayuda a nosotros a mejorar nuestras actuaciones  y a  vivir rectamente y segundo, ayuda  a la otra persona  a abrirse  al perdón. Por lo tanto,  te recomiendo orar y esperar en  Dios.

Confío en que estas ideas  te ayuden a  recuperar  tu relación de pareja. No olvides compartir tus experiencias en esta  sección.

jueves, 6 de enero de 2011

FIN DEL MUNDO

 Un domingo estaba mi hijo Carlos  con unos amigos sentados en la puerta de nuestra  casa, cuando pasan un grupo de Testigos de Jehová, entre los cuales venían dos niños uno de 6 y otro de 7 años, aproximadamente. Al igual que los adultos, cada uno de estos niños, traían un maletín negro y una biblia entre sus manos. En cuanto se percataron de que Carlos y sus amigos los observaban, los dos niños, animados por los adultos, se adelantaron al grupo y se dirigieron hacían donde estos se encontraban. Parecían dos ancianos. Después de saludarlos iniciaron este sermón: "…niños, ustedes deben saber que el mundo se va a acabar muy pronto, todo será destruído por Dios  y sólo se van a salvar 144.000 personas y les tengo una buena noticia si quieren formar parte de aquellos que van a ser salvos, hoy estamos entregando, en nombre de Dios, el formulario para que ustedes se inscriban y sean parte de los primeros elegidos… ¿están interesados en recibirlo?..”

  Cuando escuché ese discurso, me confieso con ustedes, me llamó la atención, por dos cosas. Primero porque nadie sabe si el mundo se va a acabar pronto o dentro de mucho tiempo, eso sólo lo sabe Dios  y tal vez un grupo reducido de científicos que hayan descubiero, con sus estudios, algun cuerpo interespacial que se interponga  en la orbita de la tierra. Por fuera de esto, aquel que se atreva a dar fechas sobre el fin del mundo es un falso profeta, porque nadie más  sabe el día ni la hora. 

Segundo, me llamó la atención porque,  encima de eso, se atreven a dar cifras sobre el número de personas que van a ser salvos, cosa que también es falsa, porque se salva todo aquel que acepte a Jesucristo en su corazón. Por lo tanto se salvaran los mil, dos mil o tres mil millones de personas que le digan sí a Jesús.

Y tercero, también me llamó la atención  porque nadie puede decir que tiene en sus manos el formulario de inscripción para ser salvo. Ser elegidos o no,  no depende de nosotros, eso sólo depende de Dios. Creernos merecedores de la salvación, es una actitud arrogante, mesquina y tal vez utilitarista. Digo utilitarista por creer que  a Dios se le puede utilizar para perpetuar nuestra existencia en el mundo. No podemos nosotros incidir en las decisiones que sólo le competen al Señor. A los creyentes nos corresponde actuar de manera correcta  y siguiendo sus enseñanzas.