domingo, 23 de junio de 2013

LOS EUDISTAS: UNGIDOS PARA SERVIR

Con  la llegada del papa Francisco  a la sede   de Pedro se  ha puesto de moda el tema del servicio. El santo padre ha estado hablando insistentemente  de lo que implica el servicio y sobre la necesidad de  que las personas que ocupan cargos de importancia, cargos con capacidad de  decisiones a favor o en contra de los otros, comprendan que esa posibilidad que tienen, debe estimularlos a dejar huellas en la historia, pero huellas que reflejen su contribución para  a lograr  el bienestar del otro, de manera especial, los necesitados, los pobres, los enfermos, es decir, el papa  ha invitado  a que los líderes  y todos los creyentes del mundo  tengamos una opción preferencial por los pobres y desprotegidos.  En realidad  eso no es otra cosa que cumplir  las enseñanzas de Jesús. El papa no ha dicho ni hecho  nada distinto a  lo que enseña el Evangelio, cuando dice que quien quiera ser el primero que se   haga servidor de los demás.  El despliegue que han realizado los medios a estos llamados que hace el papa , nos pone de presente que las enseñanzas del Evangelio serán siempre una buena noticia para el mundo.

Si usted tiene  la oportunidad de leer la Vida de San Juan Eudes, padre fundador  de la comunidad de los padres  eudistas, va a encontrar eso.  Va a encontrar a un hombre que vivió en un momento difícil de la historia de la  Iglesia, especialmente cuando la iglesia estaba ligada al poder económico y el poder político  y a pesar de  las comodidades que esa  vida representaba para él,   prefirió renunciar a esos privilegios e irse a vivir  con los enfermos y desposeídos e iniciar una propuesta formativa y espiritual que le llevara a ayudar a transformar la iglesia desde adentro.  Aunque al inicio tuvo mucha resistencia, incluso al interior de la misma  iglesia, con el paso de los años otros jerarcas  fueron viendo en él  a un líder que quería que los  nuevos sacerdotes se formaran bajo otros principios  para brindar un mejor servicio.

Lo mismo sucedió con el padre Rafael García Herreros. Cuando inició  su obra  a través de la entrega de casitas para los más pobres en Bogotá, y luego cuando recibió en donación unos terrenos en el occidente de la capital, unos terrenos que mantenían inundados la mayor parte del año,  lo tildaron de loco  cuando lo veían pedir escombros en obras de construcción para hacer el mismo  y con la ayuda de la comunidad el relleno de esos terrenos.  Esas locuras del padre Rafael García herreros  han permitido que a lo largo de la historia  miles de familias  hayan cambiado su vida a través  del trabajo que inició el padre  García Herrero y que continúa hoy gracias al aporte de más de mil profesionales que siguen animando esa obra.

Hoy el Minuto ha entregado más de 50.000 viviendas a familias vulnerables;  en los colegios se educan más de 20 mil estudiantes, con tendencia a crecer; la universidad atiende a mas de  70 mil estudiantes,  hay trabajo con campesinos, con mujeres, con micro empresarios. Desde los servicios pastorales   y a través de los mensajes que se divulgan a través de las distintas áreas del Centro Carismático como librerías, emisoras, el oracional se llega cada mes   a cuatro millones de personas.  y con los mensajes que preparan y emiten los padres eudistas en la televisión secular de éste  país, cada día se impactan  unas 6 millones de personas. Lo que quiero resaltar es cómo un proyecto en el que nadie creía hace cincuenta  años hoy en día se siente en toda Colombia y América Latina.

Hay  unas características como servidores que han sido comunes en cada uno de los líderes   que han dinamizado el trabajo de los eudistas y de manera particular de las obras del  Minuto  de Dios,  que deben  permitirnos  guiar nuestro camino:

1.-  Pasión.
2.-. Disponibles para responder  de forma   
      positiva a los llamados de asumir retos.
3-   Han sido siempre parte de la solución.
4.-  Han sido innovadores, es decir, rompen esquemas.
5.-        Toman la iniciativa, es decir, no esperan a que otros le digan lo que hay que hacer.
6.-        Tienen clara sus  metas     y trabajan duro para conquistarlas.
7.-        Tienen  a Jesús como centro y oran intensamente.
8.-        Piensa siempre en ayudar al otro.
9.-        No se amilanan ante los obstáculos.
10.-      No tienen en su corazón espacios para el rencor.

Te animo a que conozcas y bebas de la espiritualidad eudista para que descubras un camino de permanente crecimiento en la fraternidad, en el servicio y la santidad.

martes, 11 de junio de 2013

LIBÉRATE DEL ODIO Y SÉ FELIZ.

El odio y el rencor nos dañan profundamente. La persona que es odiada no se beneficia ni se perjudica: nosotros en cambio  somos los más perjudicados. Por eso hay que aprender a mirar hacia adelante, a no contar las ofensas que nos   hacen, a romper las listas de agravios.  La persona que odia se enferma no sólo físicamente sino de su corazón y de sus pensamientos.  Quiero ilustrar esta reflexión con una anécdota enviada por alguien a través de la red:

“Al entrar su país en guerra, dos amigos fueron alistados. Cayeron en manos de los enemigos y fueron encerrados en un campo de concentración durante dos años. Recibieron un mal trato y en ningún momento les permitieron comunicarse con su familia, sino que más bien los asustaban diciéndoles que los habían asesinados. Cuando acabó la guerra fueron puestos en libertad, y tras abrazarse entrañablemente cada uno reemprendió su propia vida.

Transcurridos diez años, los dos amigos se encontraron de nuevo y se abrazaron con profundo cariño. Después uno le preguntó al otro:

-¿Has olvidado ya a nuestros carceleros? -No, en absoluto. Ni un día he dejado de odiarlos durante este tiempo. ¿Y tú? -Yo les olvidé en el mismo momento en que nos pusieron en libertad. Así que, amigo mío, yo llevo diez años libre y tú llevas doce años prisionero.”

Así podrían ocurrirles a aquellas personas que no son capaces de olvidar las ofensas y maltratos recibidos en el pasado, es decir, podrían estar condenados a vivir tras las rejas del odio y el resentimiento. Estarían condenados a desperdiciar   tiempo valiosísimo, que podrían dedicar a crear y generar más y mejores ideas para su crecimiento personal  y familiar, por pensar en los momentos tristes, por pensar en los momentos dolorosos  provocados  por aquellos que querían nuestra destrucción, pro aquellas que celebraban nuestras desgracias y fracasos.


Hoy quiero animar a todos los lectores a que levantan su mirada al horizonte y descubran todo lo que  están por conquistar. Si continúas mirando el pasado, si continúas  recordando los momentos tristes del pasado y sobre todo si continúas  recordando con odios a todos aquellos que te causaron dolor, miedo,   o tristezas,  te perderás  la  oportunidad de disfrutar de todo lo bueno y   que tiene  Dios y la vida parta ti.  Hoy es el día de cerrar esa puerta, tal vez oscura y gris  de tu vida y abrir delante de ti una nueva puerta, la que está iluminada por la luz de la paz interior, de la alegría, de la esperanza y sobre todo de los deseos de que  todo sea mejor.  Bendiciones.