Sé que la mayoría de las personas
se esfuerzan cada día por llevar una
vida de manera correcta, los que han
optado por el bien, se esfuerzan por ser responsables, serviciales,
trabajadores amorosos, entregados a su familia, a su trabajo y a la comunidad. Muchos hacen todas estas cosas
pero de vez en cuando tienen su desliz,
como se le llama a aquellas acciones que no son tan honestas y bien vistas ni por Dios ni por una persona de fe. Otros sin embargo han
tomado la decisión den optar por el mal porque lo disfrutan, porque les genera
placer, reconocimiento, dinero fácil y
porqué no decirlo, hasta estatus dentro de ese mundillo de pecado.
Tanto los que se creen personas
honorables, como los que no LO son y los
que han rechazado de plano y durante
años la acción de Dios en sus vidas, suelen, en algún momento de su vida, desear tener una nueva vida en Jesús, por eso hoy me atrevo a identificar cuál sería ese camino a
recorrer por una persona para que
alcance una nueva vida en Jesús.
Para ello me he atrevido a presentar la siguiente ruta, espero pueda ser seguida por ti de manera que
alcances a disfrutar, en esta vida, todas las bendiciones que tiene
reservadas el señor par aquellos que
ponen la ida en sus manos:
1.-Reconocer que hemos sido
permisivos con el pecado. Si usted
quiere tener una nueva vida en Cristo reconozca que usted ha sido permisivo con
el pecado. Esto no está dirigido
únicamente a los que se sienten pecadores
de verdad, además está dirigido a
los que se dicen creyentes y cumplidores de las enseñanzas del Señor. A los que
se dicen cumplidores de las enseñanzas del Señor, San Marcos les recuerda en el
capítulo 7 versículo 6. “este pueblo me
honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.” Y prosigue… en vano me
dan culto porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos. Como lo deja
entrever ésta palabra, le mensaje no está dirigido únicamente a los in-conversos sino a los que llevan cierto
tiempo de recorrido con el Señor.
2.- Dios perdona nuestros pecados y se alegra de nuestra conversión.
San Lucas deja entrever este gozo de Dios en el
capítulo 15, verso 7…”les aseguro que
también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se convierte que por
noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse.”
3.-Se requiere tomar la decisión de vivir una fe radical, San Marcos 9,
43-50. En esta palabra se nos dice
que si nuestras manos son ocasiones de pecado hay que cortarla, si es el ojo hay que sacarlo. No es que
debamos cortarnos las manos los pies o sacarnos los ojos. La palabra lo que nos
invita a ser radicales. Tu y yo no podemos estar en términos medios. De hecho
dice la palabra te prefiero frío o caliente, no te quiero tibio porque a estos los vomitaré de mi boca.
4.- Debemos esforzarnos cada día para que nuestros actos y nuestras
palabras reflejen ante el mundo la obra
que Dios ha hecho en nosotros. Lucas
6, 43-44” no hay árbol malo que dé frutos
buenos ni árbol bueno que dé frutos malos” y Gálatas 5, 22-26.”Los frutos del espíritu son amor, alegría, tolerancia, paz, amabilidad, fe, bondad,
mansedumbre y dominio de sí mismo. ¿Quieres
tener una nueva vida en Jesús? Esfuérzate por reflejar al mundo todo lo bueno que ha hecho
Dios en ti.
5.- ¿Cómo hacer todo lo anterior?
La respuesta la ofrece San Pablo en la Carta a los Efesios, capítulo
6, versículo del 13 al 18. “ por eso deben empuñar las armas que Dios les ha
regalado para que puedan enfrentar y vencer las acechanzas del maligno: “
manténganse en pie rodeada su cintura
con la verdad, protegidos con la coraza
de la rectitud, bien calzados los pies
para anunciar el Evangelio de la paz.
Tengan en todo momento en sus manos el escudo de la fe con las que podrán
vencer las flechas del mal, usen el casco de la salvación, la espada del Espíritu
santo que es la palabra de Dios. Nunca dejen de hacer oración, pidan el
Espíritu Santo y oren los uno por los otros.”
Confío en que tengas presente estas pauta
y te lances a la conquista de una
nueva vida en Jesús, eso si que vale la pena.
OREMOS.- Señor pongo en tus manos mi vida, dame fuerza y
decisión para recorrer ese camino que me conducirá a un encuentro pleno contigo que eres mi Dios y me amas, amen.