domingo, 14 de octubre de 2018

CARACTERÍSTICAS DEL DISCÍPULO



Después de tener claro quién es un discípulo,  tema que desarrollamos en la  lección anterior, me corresponde en esta oportunidad  compartir con usted sus características y estas se pueden sintetizar en tres elementos  básicos:

1.- El discípulo es llamado directamente por Jesús.
2.- Este da una respuesta.
3.- Dependiendo la respuesta se le asignará una misión.

De cada uno de estos elementos que caracterizan la experiencia del discipulado, se desprenden unos elementos que son complementarios y los desarrollo a continuación.

1.- El discípulo es llamado directamente por Jesús.- Basta con que revisemos el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San  Marcos  1, 16-20, “Jesús pasaba por la orilla del lago de Galilea cuando vio a Simón Pedro y a su hermano Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al agua. Les dijo: -Síganme y  Yo haré de ustedes pescadores de hombres. Al momento dejaron sus redes y se fueron con Él.  Más adelante Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes. Enseguida Él los llamo, ellos dejando a su padre con sus ayudantes y siguieron a Jesús.” De este pasaje  podemos concluir que Jesús  llama a la experiencia del discipulado, lo hace sin rodeos, de manera directa. Lo hace  dirigiéndose directamente a la persona  para que puedan acompañarle en su misión. Además, Marcos 2,13 aclara que Jesús  “llamó a los que Él quiso.”  No llamó a los que se le ofrecieron o a personas recomendadas por un tercero, no, la cita es clara cuando dice: Él llamó a los que quiso. 

La pregunta que podría surgir en este momento es ¿Por qué Jesús llama a una persona para que se convierta en su discípulo? Jesús llama por  amor. Jesús llama al hombre porque lo ama, Dios en su infinito amor  quiere que nos salvemos porque nos ama. El Señor llama al discipulado no  por nuestros méritos personales. El no llama al discipulado porque cantamos bonito, porque sabemos predicar su palabra o porque tenemos una buena presencia, eso no es así. Jesús llama porque nos ama. Esto es bien importante tenerlo claro, porque de otra manera, ante el llamado podríamos llenarnos de orgullo, lo cual es un pecado grande en la experiencia de fe. ¿Cómo nos llama Jesús? ¿A través de qué medios hoy Él se pone en contacto con nosotros para invitarnos a la experiencia del discipulado?  Lo hace de varias maneras:

-      Mediante la acción  del Espíritu Santo en el candidato.   Ustedes y nosotros, bautizados, somos templo del Espíritu Santo. Él habita en nosotros, Él nos posee. Por consiguiente en cualquier etapa de nuestra vida Él podría despertar en nosotros el deseo de consagrarnos a Dios  en una vocación especial como sacerdote, religioso o religiosa, laico comprometido, casado o soltero y misionero. Sólo tenemos que tener la apertura de corazón y de mente para ver qué es lo quiere el Señor de nosotros.

-     A través de la acción del Espíritu Santo en  la iglesia.  Así como se indica. El Espíritu Santo podría inspirar  en el corazón de un sacerdote, de un religioso, de un laico comprometido o de un creyente para que nos ayude a descubrir y fortalecer  en nosotros la vocación   al discipulado.

A través del servicio que ofrecemos. Como seres sociables estamos en relaciones con los otros.   En esas relaciones desarrollamos habilidades  a partir de los talentos  que hemos recibido de Dios  y al ser valorados por quienes nos rodean podría el Señor inspirarlos para orientarnos en el uso y el servicio que podríamos proyectar hacia el futuro.  Estas sugerencias podrían ayudar  a identificar un área de servicio y discipulado.

-        A través  de la vida ordinaria.  El camino que recorremos y las actividades que realizamos durante el recorrido del camino de la  vida, se convierte en una oportunidad extraordinaria para identificar  si somos aptos o no para aceptar el llamado de Jesús al discipulado.

2.-  Hay una respuesta en libertad que puede ser positiva o negativa.  La segunda característica del discípulo es la respuesta.  Esta puede ser positiva o negativa. Nadie puede ni debe iniciar una experiencia de fe obligado (a), ese  seguimiento es libre. Es por ello que ante una propuesta o una invitación a seguir a  Jesús, cada persona es libre en aceptar o no aceptar y el evangelizador debe respetar  esa respuesta y nunca debe llegar al extremo de querer convencer con predicciones apocalípticas  ante una respuesta negativa, lo cual es muy común en algunos evangelizadores.
Quienes responden de manera positiva acompañan esa decisión con acciones  que la reafirman, en el caso de los discípulos de Jesús por ejemplo:

-      -    “lo dejan todo.” Mc 1, 18-20.
-      -   San Marcos también nos dirá  que lo acompañan en  la misión, Mc. 3,14.
-      -   A ellos se les da  a conocer los secretos del Reino. Mc.4, 10-12.
-      -  Son reprendidos cuando dejan en evidencia su poca fe.
-      -Todo no es armonía  y tranquilidad entre ellos, también hay rencillas. Mc. 10, 35-43



3.-  La respuesta positiva a ese llamado nos pone de frente  al camino de la misión. El decirle sí al llamado al discipulado y tras la preparación  de quienes asumen ese reto, el creyente se convierte en protagonista de  la evangelización  al pasar de ser un simple receptor pasivo del mensaje, a un agente protagonista de la evangelización. Protagonista porque ayuda a configurar el mansaje adaptándolo a una realidad concreta y los transmite, no sólo con palabras sino con una vida impregnada de Jesús  que es amor y además se logra lo siguiente:

-           Nos constituimos en otro Cristo.
-           Se fortalece el amor  y entrega en el servicio.
-           Se fortalece la fidelidad a Dios.
-           Fidelidad a los compromisos adquiridos.
-           Se despierta a una nueva vida de fe.

OREMOS

Señor permítenos  estar abiertos a la invitación que nos haces de convertirnos en tus discípulos, de manera que podamos contribuir en la construcción de una sociedad que reconozca  y te acepte   como su salvador.