jueves, 19 de abril de 2018

ORACIÓN CUANDO HEMOS PERDIDO NUESTRAS FUERZAS.


Saludos mis  hermanos en la fe. Hoy quiero compartir este momento de oración con aquellos que se sienten cansados, con aquellos que se sienten agobiados y que ven que a pesar de  todo el esfuerzo que hacen para cambia la realidad que los oprime,  esa realidad que les ha generado miedos, desazón y sin saber qué hacer,   todavía está ahí quitándoles el sueño, quitándoles la paz interior y lo peor aún, quitándoles la paz familiar.

Para iniciar esta oración,  ofrezco un pasaje del profeta Isaías 40, 29-31 “Él da la fuerza al que está cansado  y robustece al que sestá débil.  Mientras los jóvenes se cansan y se fatigan  y hasta pueden llegar a caerse,  los que en Él confían recuperan fuerzas, y les crecen alas como de águilas.  Correrán sin fatigarse  y andarán sin cansarse.”

Este pasaje, es una promesa de Dios para ti y para mí. Él, el Señor,  da fueras  al que está cansado   y robustece al que se siente débil. Aprópiate de esa Palabra.  El da fuerzas al que está cansado.  Señor te gracias por  regalarme esa palabra precisamente en este momento cuando más la necesito. Gracias porque es una luz que se abre delante de mí. Gracias porque me he sentido cansado, así como lo expresas Señor, pero al leer este texto creo que mis fuerzas van a ser renovadas en Ti,  yo confío en Ti, yo espero en Ti, yo creo en Ti, creo en tu bondad, creo en tu amor, creo en que me amas  y por amarme me das tus fuerzas, me das tu amor, me das tu paz.

Gracias porque en el momento en que necesitamos algo vienes a saciar nuestra necesidad. Permite amado Dios que esta palabra me fortalezca, que este palabra llene mi vida y me anime seguir esforzándome, a seguir luchando por la conquista de nuevas metas, de nuevos proyectos, los cuales en fe creo que  serán de gran bendición. Bendito seas Señor, bendito sea tu santo nombre, bendito sea tu amado hijo Jesús, bendito sea la santísima virgen María, bendito sean los Ángeles y demás coros celestiales. Bendito sea mi Dios. Pongo en tus manos mis miedos y angustias  y a partir de este momento creeré que todo va a ser mejor en Ti, amén.

jueves, 12 de abril de 2018

ORACIÓN PARA FORTALECER NUESTRA FE


Señor Jesús, Tu nos dices en tu palabra que  si nos ponemos de acuerdo aquí en la tierra en oración para pedirte algo, Tú lo concedes. En este momento me apropio de esa palabra, Señor, para pedirte que aumentes mi fe. Aumenta mi fe Señor. Quiero creer en ti siempre, quiero estar a tu lado siempre  Señor, quiero hacer vida  Tu Palabra en cada cosa que  haga, pero hay momentos en que siento que no puedo más, hay momentos en los que  siento que por más que ore, que clame a Ti, bendito Dios, las cosas no mejoran  en mi vida, me parece como si estuviera arando en el desierto Señor y eso me hace sentir mal, Dios. Pareciera  como si todo este ejercicio de oración, como si todo este tiempo que te dedico a Ti, no fuera tenido en cuenta.

¿Qué pasa Dios? ¿Por qué no me escuchas? ¿Por qué no me respondes? ó será que me falta fe. Ó será  qué ya Tú me estás respondiendo y no he tenido la suficiente sabiduría como para captar lo que quieres para mí? por eso hoy Señor, una vez más aumenta  mi fe.
Tú nos dices también en tu palabra que lo primero que nos regalas cuando nos unimos para hacer oración es el Espíritu Santo que eres Tu mismo haciéndote presente en mi vida, haciéndote presente en nuestras vidas.  Espíritu Santo, sé que estás aquí, sé que habitas en mí, te recibí en mi bautismo, Espíritu Santo tal vez he dejado adormecer tu acción en mi vida, porque como Dios que eres, no obligas a  nadie.

Por eso Señor  Jesús, amado Dios, Espíritu Santo de Dios,  transfórmame, fortaléceme, imprégname de Ti y hazme tuyo. Purifícame para mi Jesús, lávame Espíritu Santo de todo aquello que me impida ver a Jesús. Lávame de todo aquello, que me impida reconocer la obra de Jesús en mi vida  y en todo Señor, que se haga tu voluntad, bendito seas amado Jesús, bendito seas Espíritu Santo de  Dios Bendito seas por siempre.  Gracias por este momento de intimidad que pude tener contigo, gracias porque, aunque las cosas en mi vida no se estén dando como yo quiero,  ya Tú estás haciendo la obra. Dame sabiduría para descubrir esa obra y para hacer tu voluntad y no la mía. Sé    que ya me estás bendiciendo y me estás regalando tu amor, amén.

domingo, 8 de abril de 2018

ORACIÓN POR MI CONVERSIÓN Y LA CONVERSIÓN DE MI PAREJA


Inicio este momento de oración en el nombre del Padre Dios  que crea, del Hijo  que  salva y el Espíritu Santo que  revela y hace conocer el amor del Padre y   del Hijo. Al invocar las tres personas de la santísima trinidad, que es el mismo Dios, queremos entregarnos a ti como pareja  que somos,  así con las realidades que tenemos  y las cuales  conoces muy bien, porque nada de nosotros  es desconocido para un Dios generoso, para  un Dios fiel, para alguien inmensamente grande como Tú, Señor. Has permanecido guiando nuestras   vidas, guiando nuestros pasos,  cuidando de nosotros siempre. Gracias Señor porque hemos  experimentado tu compañía siempre, y porque  en medio del amor y la atención especial que has tenido por nosotros nos  has dado la libertad para tomar nuestras propias decisiones. Una de esas decisiones tomadas en libertad es el habernos  elegido como pareja,  como compañeros  de camino. Gracias por darnos esa libertad  de elegirla,  gracias por expresarnos  tu amor a través de  esa  persona, gracias por guiar  nuestras vidas como pareja  y por estar ahí.

A pesar de que has estado a  nuestro  lado, como consecuencia de decisiones tomadas en libertad, hoy reconocemos que nos hemos  equivocado, no hemos hecho todo lo que  debimos hacer para  que el amor entre nosotros creciera y permaneciera. La rutina,  la impaciencia, el egocentrismo, el creernos mejor que el otro,  sumado  a los malos tratos, ha generado dificultades en nuestra relación, al punto que   siento que hoy no le importo a mi pareja, es más siento que  hay otra persona  entrometiéndose en esta relación, por lo que clamo a Ti Señor para que nos ayudes, ayúdanos Señor así como lo has hecho en el pasado y en otras circunstancias.

Reconozco que como persona me he equivocado, y aunque no  vale la pena contar esos errores cometidos porque lo sabes todo, Señor, me atrevo a pedirte que me ayudes a ser mejor persona con mi pareja. Dame una nueva forma de tratar a esa persona, que mis palabras y actitudes más que alejar, atraigan a esa persona. Renuncio a la crítica, renuncio a la r burla, renuncio a la ofensa, renuncio a la ironía, renuncio al irrespeto y a la indiferencia.  Que todo lo que haga y diga, le permita a  mi pareja descubrir  cuánto le amo y cuán importante es para mí, Señor.

De la misma manera pongo en tus manos  a mi pareja,  toma sus pensamientos, toma su corazón, toma sus emociones  y has de ella una nueva criatura y que yo puede ser bendición para esa persona. Si el pecado  como la mentira, las adicciones y la infidelidad han tocado su corazón, amado Dios te pido que le  regales un nuevo corazón y una nueva manera de manejar nuestra relación. Permite que  podamos amarnos, respetarnos, reconciliarnos para  recuperar el amor   que un día nos unió. Danos una nueva oportunidad para  construir la felicidad juntos y al lado de nuestros hijos y que ellos nos puedan ver unidos aun en la ancianidad.  Sellamos  nuestra relación con tu sangre preciosa para que sea expulsado el mal, lejos de nosotros y para que   Tú, amado Dios  junto a a virgen María habiten en medio de nosotros y hasta siempre, amen.




viernes, 6 de abril de 2018

¿QUÉ HAGO PARA SALVAR MI MATRIMONIO?


La mayoría de las parejas cuando unen sus vidas, llegan con la aspiración de construir una relación armoniosa, estable y duradera.  Sin embargo en la medida en que transcurre la convivencia comienzan a aflorar actitudes y comportamientos del otro que no se alcanzaron a percibirse durante la época de noviazgo,  por una  razón básica, en esta primera etapa de la relación cada uno se esfuerza por mostrar su parte más amable, más amorosa, más tierna, más noble hacia el otro, y en otros casos no se perciben, simplemente porque el enamoramiento extremo inicial no permite que los defectos del otro  se vean  ó en algunos casos se confía en las promesas de alguna de las partes en el sentido de  que se comporta de esta  ó de aquella  forma porque se está soltero pero que las cosas  cambiarán cuando  decidan casarse ó irse a vivir juntos.  Bajo estas promesas de que “seré mejor cuando te cases conmigo” se han iniciado muchas relaciones  que al final terminan en conflictos, porque,  debo decirlo, son muy pocos y pocas los que cambian, al contrario se aferran más a aquellos hábitos que no   se toleran y por consiguiente  comienzan  los problemas y si las partes ó alguna de las partes no deciden hacer algo para salvar el matrimonio terminarán tomando caminos distintos.

Frente a las realidades anteriores las  preguntas que surgen son estas: ¿Qué hago para salvar mi matrimonio? ¿Qué hacer cuando comienza una crisis matrimonial? ¿Se puede salvar un matrimonio en crisis? La respuesta no es tan simple porque  cada situación es particular y por lo tanto merece una atención particular. No es lo mismo orientar a un matrimonio en crisis por problemas de infidelidad, a otros  con problema   de incompatibilidad, indiferencia, mentira, violencia intrafamiliar, incumplimiento con sus obligaciones en fin, como se expresó cada caso es diferente. En las  siguientes publicaciones presentaremos alternativas para el manejo de cada realidad. En esta oportunidad  las propuestas se harán desde nuestra experiencia de fe  y como personas que creemos en el poder de Dios y en el poder de la oración.

Llevo  32 años de vida matrimonial con Nayibe,  y aunque en los primeros cinco años de matrimonio Dios nos regaló nuestros dos primeros hijos, nuestra relación fue un caos. Yo no creía en Dios y llevaba una vida de pecado,  inmerso en el  licor, la infidelidad descubierta por mi pareja. Mi esposa por el contrario siempre ha sido una mujer de fe y además de exigirme el cumplimiento de mis obligaciones con mucha radicalidad, también  la encontré muchas veces doblando rodillas pidiendo  a Dios que  le salvara su matrimonio y que le mostrara el camino a seguir. Ella siempre iba al templo a cumplir con los preceptos. Cuando estábamos a punto de separarnos Dios escuchó su plegaria y nos rescató. No sólo nos rescató si no que en Él encontramos una vida nueva que nos ha llevado a experimentar el poder liberador del perdón, la reconciliación y la recuperación del amor que nos había unido. Además nos ha utilizado como instrumentos para animar a otros a esforzarse por salvar su matrimonio. Sí se puede ser feliz en el matrimonio.

Como lo expresé, a partir de nuestra experiencia, la primera recomendación que hago para salvar tu relación de pareja  es orar con más intensidad. Aunque tengas ira  por la traición, ora, aunque haya indiferencia, ora. Clama a Dios con más fuerza  para que bendiga a tu pareja, para que cambie su corazón. Asiste a la Eucaristía diaria o semanal y pon esa persona  en las manos de Dios. No te canses de orar. En la medida en que pidas bendición por tu pareja el Señor también comenzará a hacer su obra en ti, llenándote de valor, de fuerza, de paz en el corazón y de sabiduría para tener claridad  en las decisiones que debas tomar.  De parte nuestra también  habrá un grupo de personas de nuestra comunidad haciendo oración por tu relación. Puedes consignar tu intención de oración en la sección de comentarios de este artículo. Si oras con más intensidad ten la certeza de que no te vas a arrepentir.

Espera nuestros próximos artículos en los que ofreceremos técnicas de manejo para a situaciones conflictivas específicas.

domingo, 1 de abril de 2018

REGALO DE UN MORIBUNDO


I

Mientras su cuerpo colgaba doloroso del madero
Juan y al lado María  con el alma desgarrada lo contemplaban
y sabiendo que muy pronto su alma se uniría a Dios en el cielo
Con amor  profundo pronunció estas palabras.

II

Mujer ahí tienes a tu hijo
Luego dijo al discípulo: “Hijo ahí tienes a  tu madre.”
La hermana de su madre, María la de Cleofás y María Magdalena fueron testigos.
Por lo tanto de ese acto de entrega, duda no cabe.

III

Los ardientes rallos como carbón encendido   quemaban su piel
Sus labios cuarteados y resecos por la sed
En vez de agua ante su clamor recibieron vinagre
Así pagó  el hombre a aquel que hasta el final a Dios fue fiel.

IV

El moribundo bebió el Vinagre y dijo, todo está cumplido  y expiró.
El llanto de María  y de sus acompañantes con el ruido de los soldados fue silenciado
Se sortearon su vestidura y  con lanza atravesaron su costado.
Ahí yace solo, desnudo, maltratado y herido el que por nuestros pecados murió.

V

Partió físicamente de en medio de todos.
Pero antes de irse nos dejó un regalo.
Nos dio  a su madre para que mientras Él vuelva no estemos solos.
A ella la acogemos con cariño y le damos gracias por aceptar y permanecer a nuestro lado.