martes, 10 de diciembre de 2019

IDENTIDAD DE LOS SEMINARIOS


En palabras del Papa Francisco, los Seminarios tienen una identidad que debe ser conocida, no sólo por los jóvenes que se forman para servir a la iglesia a través del Ministerio sacerdotal, sino los obispos y el clero en general. En la medida en que se conozca esa identidad, los formadores, los asesores espirituales y la iglesia toda, puede contribuir de manera más eficaz para que aquellos que ocupan  sus aulas, asuman con responsabilidad y con celo misionero la responsabilidad que les  va a ser encomendada por llamado  de Dios.  En ese orden de ideas, la identidad de los seminarios es esta:

-          Es un espacio para fortalecer la oración y para que los jóvenes se formen para la evangelización y desde allí salgan a evangelizar.-  La oración y la evangelización es la primera identidad. Seminarista que no ora, no puede ser un buen servidor de la iglesia. Además de orar, los  jóvenes que se forman en los seminarios, cada día se les debe ofrecer  espacios para que entren en contacto con las comunidades que necesitan ser evangelizadas. Especialmente aquellas ubicadas en sectores más apartados del desarrollo  y sobre todo poblaciones vulnerables.

-          Es un espacio para el estudio.-  Los  responsables de los seminarios, obispos, rectores, profesores y seminaristas,  deben  promover el estudio y la investigación. El tiempo es valioso y lo es mucha más para aquellos  que se preparan para el rescate de las almas.   El estudio debe contribuir a la comprensión y conocimiento del ser humano en lo psicológico, en lo sociológico y en lo espiritual.  Este conocimiento permitirá al futuro sacerdote abordar la evangelización de la sociedad de manera integral. El estudio debe permitir el conocimiento de la Palabra de Dios para comprender el plan de Dios a los hombres y además el conocimiento de la iglesia y su pensamiento como depositaria de la fe.

-          Es un espacio para la comunión.- Los seminarios se convierten en un espacio de comunión, en la medida en que prepara al sacerdote para la convivencia con los otros, los prepara para el debate y la tolerancia. Los prepara para  vivir  la solidaridad. Lo cual sentará las bases para lo que será su vida y sus relaciones con los demás integrantes del clero, con los superiores y la sociedad..