viernes, 6 de abril de 2012

JESÚS, AÚN ANTE LA INMINENCIA DE SU MUERTE SEGUÍA ENVIANDO MUESTRAS DE SU AMOR POR LA HUMANIDAD.



Volvemos a vivir con Jesús su Pasión: la aprehensión, interrogatorios, flagelación, coronación de espinas y la crucifixión. Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: su aprehensión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía.
Jesús en la cruz, con un sufrimiento físico y moral muy grande, fue capaz de perdonar a los que lo ofendieron.
En aquel entonces, la crucifixión era la ejecución más cruel y degradante que se conocía. Un ciudadano romano no podía ser crucificado. La muerte sobrevenía después de una larga agonía
Las “siete palabras" de Jesús son el testamento que nos deja al morir y emprender su partida al Padre:

• Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

• En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

• Mujer ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu Madre.

• Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

• ¡Tengo sed!

• Todo está cumplido.

• Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Desde la cruz, Jesús nos termina de dar su mensaje de amor y salvación dejándonos a su Madre y enseñándonos a perseverar hasta el final. El sacrificio de la cruz se vuelve a vivir en cada Eucaristía, por medio de ella, Jesús sigue vivo y permanece con nosotros. Ésta acontecimiento traumático, se convierte para nosotros en signo de esperanza y de nueva vida.  No desaproveches estos días que el Señor te regala para  descubrir las maravillas de su amor.

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