Los seres humanos deberíamos preocuparnos por comprender el poder que tienen las palabras y las frases. Una sola frase pronunciada de manera inoportuna puede significar el final de una relación de amistad, una relación de pareja o el impedimento para que un negocio se cristalice. Los prudentes suelen decir que hay que pensar muy bien antes de hablar y de actuar, por algo dice el refrán que: “la prudencia es de sabios”, sin embargo desafortunadamente, muchos hablan y actúan y después reflexionan, cuando ya no hay nada que hacer. Los que actúan de esta manera olvidan que; “después de ojo afuera no hay Santa Lucía que valga.” Conozco muchas familias que se han enfrentado hasta destruirse simplemente porque un día alguien, cegado por la furia, se le ocurrió decir alguna palabra dura que terminó por afectarlos a todos. También conozco relaciones de amistad de muchos años que se han venido a pique, simplemente porque alguien cometió el error de no medir sus palabras.
Las palabras y frases inapropiadas, así como hacen daño en la relación que sostenemos con terceros, de la misma manera pueden afectar la forma particular que tenemos las personas de resolver las situaciones del día a día. Es decir que las palabras no sólo afectan o benefician a quienes las escuchan, sino a aquel que las pronuncia y las cree como una verdad absoluta. En este caso me acuerdo de la gente que todos los días se maltratan diciéndose a sí mismas que no sirven para nada, que no son capaces de superar las dificultades, que no pueden etc. Quien se refiere a sí mismo de esta manera termina convencido de que es un bueno para nada y no hace lo necesario para salir adelante.
Mucha gente está pasando dificultades y lo que es peor, está permitiendo que su familia pase dificultades porque se ha convencido de que es un incapaz, de que no sirve, de que es bruto. No estoy exagerando se califican simplemente como unos incapaces. Es obvio que una persona que tenga ese concepto tan pobre de sí misma, no puede pretender que los demás le digan que si es inteligente, que sí puede, que vale la pena seguir. La vida no puede ser así.
Valdría la pena que quienes están leyendo estas páginas analicen que tanto daño están haciéndole a los otros y que tanto daño se están haciendo a sí mismas con las palabras que pronuncian. Si descubres que te has equivocado en este sentido te invito a que cambies de actitud de manera radical. Un buen ejercicio consiste en cambiar de actitud. Si antes eras negativo, si antes eras crítico, si antes le encontrabas pero a todo. Trata de encontrar en cada cosa todo lo positivo que haya en ella y lo bueno que tenga fortalécelo con tu aporte y con tu sabiduría.
A nivel personal te animo a que en vez de decir que no se puede, digas más bien: “yo quiero, yo puedo por eso con la fuerza y la inteligencia que tengo y con la ayuda de Dios lo voy a lograr”
Iniciando mes de agosto me encuentro con tu blog y precisamente con esta publicacion que hace recargar todas mis buenas energias y cristalizar para estos dias parte de mis metas, y seguir trabajando para se cumplan mas y mas.
ResponderBorrarExcelente. Bendiciones.
BorrarDIOS LE BENDIGA
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