Cuando los ingresos son los mismos y los gastos se han incrementado, la
solución parece fácil, porque alguien podría decir produzca más y punto, sin embargo no lo es tanto, por las
prevenciones, por nuestros apegos, por nuestras creencias, y por nuestros
miedos.
Los seres humanos tenemos la bendita manía de apegarnos a aquellos
proyectos aunque ya no nos produzcan lo
mismo de antes, porque pensamos que es la mejor manera de obtener recursos.
Esto se puede corroborar fácilmente, hay algunas personas que envejecen con sus
proyectos. Lo más seguro es que en su barrio haya alguien así. Toda la vida se
dedicó a vivir de una actividad y aunque los años hayan pasado y no le vea tan próspero como antes ahí sigue
insistiendo en lo mismo. Es necesario trabajar para no apegarnos a las cosas,
ni mucho menos a los negocios, hay que diversificarse. Segundo los miedos también bloquean a la
persona. Algunos piensan que si cambian de actividad, van a acabar con su
patrimonio y no se dan cuenta que la
actividad actual es lo que los está arruinando.
Además de los apegos y los miedos, hay un tercer factor que bloquea a las personas, son las prevenciones. Algunos
se pasan la vida evitando cometer errores, es correcto, pero las prevenciones
exageradas nos hacen pocos arriesgados por considerar que los demás están a la
caza de nuestros recursos. Hay que
atreverse, hay que lanzarse porque el
mundo lo conquistas los hombres y las mujeres que son hozados.
Teniendo en cuenta lo anterior, si los ingresos son los mismos y los
gastos se han incrementado, tienes sólo dos alternativas y en ambas se debe
trabajar para salir de la crisis. La primera buscar otras actividades que te generen ingresos adicionales y segundo
ajustar los gastos aunque estos duela.
No basta con reducir gastos, porque sacrificas a todos en el hogar. Además de reducir los gastos, es
urgente buscar más ingresos. En este reto deben comprometerse no sólo la pareja
sino incluso todos en la casa hijos, hermanos y los que habiten en casa.
En lo que tiene que ver con el incremento de los ingresos, hay que
reconocer que algunas personas de las clases menos favorecidas en términos
económicos, tienen la creencia de que
los ricos ya están completos y que por lo tanto no tiene sentido trabajar más. Ante estos argumentos, creo que todas las personas deben convencerse
de lo contrario, los ricos no estarán
completos mientras los que hoy son pobres no estén en ese grupo. Por lo
tanto, todos deben trabajar fuertemente para
intentar ingresar a ese grupo. Es claro
que no siempre los ingresos se pueden incrementar trabajando sólo, es urgente involucrar nuevas
personas, nuevas ideas, nuevos proyectos.
Está demostrado que los tiempos de crisis son la mejor oportunidad para
crecer y para ser mejorar. Incluso aun mejores que los tiempos de abundancia
y prosperidad. Las adversidades hacen que
el hombre se vuelva creativo e innovadores. La prosperidad y la sobreabundancia
nos hace estar confiados, nos hace adormecernos y se constituye en la mejor oportunidad para que la competencia
se prepare y enfile todas sus fuerzas en contra nuestra y en contra de lo que hacemos. Si se es empleado y no ha tenido ninguna
posibilidad de obtener mejores ingresos, hay que buscar la posibilidad de que
la economía familiar mejore con la venta de algún tipo de servicios o de
productos. Es posible que la adversidad y la estrechez económica sea la
oportunidad que te esté dando la vida
para que salgas de la rutina y consigas nuevas posibilidades para estar
mejor junto con los tuyos.
Nuestros trabajadores latinoamericanos
que están vinculados a la fuerza laboral como empleados, si miran
hacia atrás y revisan lo que ha
sido su vida desde el instante en que
ingresaron a esa empresa y lo comparan con el presente, tal vez ha pasado mucho tiempo y las cosas
sigue igual o peor en términos económicos. Como consecuencia del tiempo transcurrido
se percibirán más viejos, con menos fuerzas, con menos ilusiones que antes por la pasividad de en su trabajo. Los animamos a seguir
adelante porque hay todavía muchas cosas por conquistar en el mundo, además tus
hijos, tu familia espera lo mejor de ti,
cambia de actitud despierta tus sueños
y lánzate a la conquista de tus sueños adormecidos. La frase clave es entonces, aumentar los ingresos
a base de trabajo sano, responsable,
y respetuoso.
En este caso, la tarea es de
todos no sólo del que sostiene el hogar, todos
están llamados a aportar su
granito de arena para que el dinero de la casa se invierta mejor, y se produzca
más. La esposa con su disciplina de ahorro, los hijos cuidando y haciendo
crecer el patrimonio y el esposo renunciando a toda posibilidad de gasto extras.
Hay que hacer sentir a los hijos
que su aporte a la economía es muy valioso, los primeros ingresos que se
obtiene cuando se es adolescente producen mucha alegría al joven, aunque sean
pocos, hay que animarlo, hay que felicitarlos y hacerles sentir que por sí sólo
se constituyen en una ayuda para el hogar
en la medida en que esos ingresos
extras ayudan a los padres a reducir sus gastos por transporte, meriendas y
otras necesidades del adolescente que ahora podrás ser satisfechas por sus esfuerzo personal. Insisto todos somos
responsables de los ingresos y de los
gastos que se realizan en la casa.
Por otro lado, no se puede aceptar que sólo una persona asuma la carga
de todo cuando todos los demás tienen ingresos estables. Esto lo digo porque
algunos padres caen en el exceso de que, por amor a sus hijos, cuando ya estos se incorporan a la vida productiva, se
abstienen de pedirles que asuman el pago
de algunos gastos menores como servicios
y demás, porque consideran que es su dinero y no están en la obligación de
ayudar. No es una actitud sana porque se está fomentando la irresponsabilidad.
Todo adulto, miembro de la familia, y que se encuentre viviendo en el hogar, si
está en las condiciones, debe aportar a la economía. Recuerdo que un empresario
de amplio reconocimiento nacional decía que todo peso es importante, por
pequeño que sea, lo que cuenta es que sume. Esto aplica a la hora de cobrar
cualquier deuda, algunos individuos se abstienen de recibir pagos parciales
porque les interesa la totalidad de lo adeudado. No, si el otro está en
condiciones de aportar algo pequeño, eso también cuenta. Dicen los abuelos, valen más las buenas intenciones.
Los ingresos que los niños obtienen con los ahorros logrados por su propio esfuerzo y sacrificio también
debe ser un motivo de estímulo y
felicitaciones por parte de los padres. Igualmente hay que orientar y
estimular toda iniciativa que se
tenga a esa edad para aportar a la
economía. No se pueden cortar las alas, no se puede menospreciar e ironizar por alguna idea que parezca poco
inteligente, simplemente orientar. Algunos niños por ejemplo son sancionados al ser
sorprendidos en los colegios vendiendo
dulces y copias de video
juegos. Aunque no es sano que
utilicen este espacio para este tipo de actividades los profesores y los
padres, repito deben saber orientar esas iniciativas, no castrarlas porque de esta manera se está bloqueando una
actitud creativa.
En este primer punto insistimos en la necesidad de aumentar los
ingresos. En la medida que la familia crece en número y tamaño, los gastos son
mayores. Obviamente no es lo mismo los
costos por la educación de un niño a los
que se presentan cuando estos están en la universidad. Igualmente sus
necesidades aumentan en tamaño y en
calidad. Cuando niño nos damos el lujo de decidir por ellos la ropa y el
calzado que van a utilizar. En la
adolescencia y siendo adultos toman sus
propias iniciativas en este sentido.
Los incrementos de los ingresos sólo se obtienen con trabajo,
inteligencia y creatividad. Hagamos de
la producción de dinero un ejercicio familiar para poner a prueba nuestra
creatividad.
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