El cine ha permitido dar
rienda suelta a la imaginación de directores, productores y actores. Ha impulsado el crecimiento
económico de muchos debido al éxito de sus cintas y la ruina de otros, por realizar películas
costosas y de poco impacto; de
igual manera desde el cine se ha rendido culto a la belleza, a la
estética y el buen gusto. Ha animado a muchos a ser mejores, vivir bien, amar y
cuidar la cultura, el medio ambiente y a la sociedad. De igual manera ha
facilitado que mentes desviadas y amantes de los antivalores encuentren en sus
contenidos elementos que vienen a reafirmar la perversidad que les ha
acompañado desde siempre. Es conocido que
algunos amigos del mal han aprendido del cine técnicas del crimen.
En estos días he vuelto a
ver El Padrino en sus tres versiones,
uno de los clásicos del cine con mayor
éxito en la segunda mitad del siglo XX, y
a pesar de que han transcurrido más de 40 años de la primera versión de
la película, 40 de la segunda y más de 20 la última versión he encontrado algunos elementos que, a pesar de los años, siguen siendo
eternamente actuales:
-
No
basta querer proyectar una imagen de
buena persona, hay que serlo desde el corazón.
El protagonista de la cinta
se mostraba como una persona generosa y
buena ante su familia, sus amigos y ante
el ciudadano de a pie, dirían
hoy. Esta imagen era sólo una fachada porque
su corazón ardía por las ansias del poder, la arrogancia y el menosprecio de la vida humana. En los tiempos modernos se sabe que
muchos líderes empresariales y políticos, de esos que todos los días
mojan prensa, se muestran como señores respetables y llenos de bondad, pero tienen
una vida privada de corrupción, mentira y maldad.
-
Lo
que se haga oculto será gritado a los cuatro vientos.
Cada día se hacen más
actuales estas palabras del Evangelio. La maldad que hagamos en lo secreto y pretendamos ocultar, tarde o
temprano será revelada a los cuatro vientos.
Esta premisa debe animarnos a todos
a conducir nuestra vida por los
caminos del bien y de la rectitud,
porque tarde o temprano todo lo que hagamos se divulgará. A nadie le gusta verse expuesto en público por el mal que ha hecho en
privado. La invitación es alejemos el
mal de una vez por todas y para siempre.
-
No
es cierto que para ser el más importante debas desaparecer al adversario.
Vivimos en un mundo
competitivo y en un mundo que incluso, desde
la academia, se enseñan estrategias de mercadeo no sólo para ser exitoso yo,
como si fuese el centro del mundo, sino además para sacar a los otros del
mercado, para desaparecerlos y porque no pulverizarlos. La guerra por la
conquista de mercados no es el camino. Al
final todos vamos a resultar afectados de continuar esto.
-
No
es cierto que estamos condenados a heredar la maldad.
En el padrino vimos que el
liderazgo para el control del poder, el crimen, la maldad y el honor de la
familia Corleone se heredaban; y lo que
es peor, esto se hacía con orgullo, no sólo de parte de quien recibía el honor
de esa herencia, sino de aquel que transfería ese honor. No sé qué quiere transferir usted a las
nuevas generaciones de su familia pero yo quiero transferir amor por el trabajo, por la vida,
por la familia, la honestidad y los valores. Quiero transferir deseos de
superación desde el esfuerzo diario, la disciplina, la entrega y las obras
buenas etc.
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Al final
sólo queda la familia y el amor.
En todos los casos, los líderes de la familia Corleone
que se habían enfrentado a los poderes de la mafia y a todo aquel que se
oponían a sus planes; que habían batallado duro para proyectar una imagen de
grandeza; que habían hecho todo lo humanamente posible para limpiar la memoria de su familia y lavar sus capitales, al final de sus vidas
sólo le quedaba su familia. Lo otro ya
no era tan importante.
Con esto no quiero invitar a nadie a la parálisis, ni a cruzarse de brazos ni a volverse
conformistas y sí a tomar conciencia de que no podemos perder el tiempo en
cosas que no son tan importantes para nuestra vida. Tenemos que esforzarnos sí,
tenemos que luchar duro Sí, hay que tener sueño y luchar por hacerlos realidad
sí, pero en el camino que recorramos para
llegar a nuestras metas tenemos que vivir cada minuto y ser feliz al lado de las personas que
amamos. Nuestra familia.
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