Sí es posible ser creyente y disfrutar los
carnavales de manera sana y responsable, porque la madurez espiritual de un individuo lo lleva a
vivir la fe sin sectarismos ni excesos, a respetar las diferencias, a amar a
Dios y a sus semejantes y a disfrutar de todo lo bello y estético que hay en
las expresiones culturales como estas
sin que eso signifique que se ha contaminado y condenado al fuego eterno
del infierno.
Durante el carnaval y los días previos a estas
fiestas, por todos los medios llegaban mensajes de hombres
y mujeres que hoy son “santos y santas var
ones
y varonas” que alertaban dizque porque el diablo andaba suelto durante los
carnavales y todo lo que tuviera que ver con esta fiesta era
diabólico. Incluso a este grupo de fatalistas pertenecían no sólo cristianos de
vieja data sino aquellos recién
convertidos al cristianismo que durante
años llenaron sus arcas explotando, comercializando y viviendo del carnaval.
BACO Ó DIONISIO |
El argumento utilizado para justificar estos
mensajes es que en los carnavales se adora al Dios Baco o Dionisio, quien dentro de la mitología griega era el Dios del
vino y la vendimia. Pero, ¿Quién era este personaje y qué tan cierto es que
todo el que participe en los carnavales está adorando a este Dios?
Empecemos por recordar que Baco es un personaje
mitológico (el hombre antiguo acudía a la mitología para explicar fenómenos que la ciencia
y el conocimiento humano de la época no alcanzaban a explicar). Y es
uno de los nombres que ha recibido Dionisio, Dios del Vino y la Vendimia en la
Mitología griega. Como es sabido, muchos de esos personajes de la mitología
griega, tuvieron su equivalente en la cultura y mitología romana, y en este
caso, quien para los griegos era Dionisio para los romanos fue Baco, ambos
personajes representaban lo mismo, insisto Dios del Vino y la Vendimia. A Baco, se le conocía como el Dios Liberador,
por esa capacidad que tiene el vino de desinhibir
al individuo que lo consume en demasía y que lo impulsa a hacer cosas que en
condiciones normales no hace, por ejemplo enamorar a una mujer de condiciones sociales diferentes,
irrespetar con palabras y hechos a la
autoridad, etc.
Como los otros dioses, Baco tenía sus propias fiestas para rendirle culto. En el caso de los romanos
ese culto se le rendía en los Bacanales, cómo no hacerlo si era el espacio en
donde el licor corría sin ningún tipo de control. Ese culto lo iniciaron los Romanos en el año 200 antes de Cristo, y
aunque inicialmente a las fiestas sólo se convocaba a las mujeres con el paso de los años es organizado
tanto para mujeres y hombres. A estas
celebraciones se le atribuye el origen de los carnavales. Las fiestas sin
control era un escape para la población que vivía en ambientes de hostilidad, de pestes, de pobreza
extrema y de la explotación que ejercía el imperio sobre las grandes masas.
Ahora bien, ¿qué
tan cierta es la afirmación de los fundamentalistas bíblicos cuando
dicen que todo el que disfruta de los
carnavales está adorando al Dios Baco y
al demonio? Con la madurez que me da la experiencia de fe vivida durante más de
25 años y además las enseñanzas que he recibió de la iglesia, debo decir que quien
participa de estas fiestas de manera mesurada, sin excesos, sin borracheras
fuera de control no comete pecado ni está adorando a ningún Dios Baco ni al maligno. Simplemente
disfruta de la belleza estética y de la cultura que es patrimonio de todos y
para el disfrute de todos.
Sí cometen faltas contra la fe aquel que pierde el
control de sus emociones y se lanza al consumo de licor y al sexo de manera desenfrenada, desordenada atentando
contra su salud y despilfarrando los recursos exponiendo a su familia a vivir en la miseria.
No olvides que Dios nos hace libres de optar por el camino
del bien ó por el camino del mal y nadie puede obligarte a hacer lo que sabes
no conviene hacer. Ese Dios que guía tus
pasos te de la sabiduría para vivir tu fe en libertad aún en carnavales.
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