Pero:
¿Quién es el Espíritu Santo? La pregunta
de ¿Quién es? deja entrever
que es una persona. Los católicos
creemos en un Dios que es uno y trino, es decir, es Padre, Hijo y
es Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad.
Cuando
hacemos una aproximación a la Biblia
para ver en qué pasajes encontramos referencias de esta persona, nos damos cuenta
que desde siempre ha estado presente. El capítulo 1 versículo primero del libro
Génesis nos dice que: “en el principio
el mundo era un caos y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas,” es decir,
desde antes de comenzar la creación
del Mundo, ya el Espíritu que es Dios, existía y aleteaba sobre las aguas. Pero ¿qué hace y cómo actúa
esa persona en nuestras vidas?
1.-
Habita en nosotros desde el bautismo, es decir, permanece sin embargo hemos permitido que su actuar en
nuestra vida sea poca. Corintios 3,
16-17, nos recuerda que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Si habita
en nosotros, nuestra vida debe reflejar
su acción en nosotros. Valdría la pena
preguntarnos si lo que hacemos y vivimos refleja eso, es decir, refleja que somos
Templo del Espíritu Santo?
2.- El
Espíritu Santo nos hace nuevas criaturas,
Juan 3, 3-5. En el diálogo entre Jesús
y Nicodemo, el Señor le dijo que quien no nace
nuevamente del agua y del
Espíritu no ingresarán al reino de los cielos.
No es que tengamos que morirnos en nuestro cuerpo físico para disfrutar de la gracia de experimentar
el amor de Jesús, sino que el Espíritu nos hace morir a toda acción de pecado y
resucitar a una nueva vida en Él.
3.-.
Nos hace conscientes del pecado. Juan 16, 8.
A este nivel de conciencia se llega por la oración, la vida en comunidad
y la lectura de la palabra de Dios. Quien le abre el corazón a Dios de manera
sincera rompe con el pecado, esto porque
la experiencia de Jesús y el pecado son incompatibles. Un creyente que haya tomado
la decisión de aceptar a Jesús en su vida tendrá la fuerza y el valor para no
caer en las tentaciones sin que nadie esté vigilándolo y lo hace simplemente porque le nace hacerlo, porque
quiere hacerlo.
4.-Nos
guía a la verdad. Juan 16, 13. Y es así
porque se vive en la luz, se vive en la claridad y quien vive en la luz rechaza
la mentira.
5.- El
Espíritu Santo nos impulsa a glorificar a Dios,
Juan 16, 14-15. Una noticia tan maravillosa como es la de conocer a
Jesús y su acción renovadora
nos transforma de manera radical. Su presencia en mostros generan tantas cosas maravillosas que es
imposible quedarnos callados, al contrario, queremos que todos los demás miembros de nuestra familia y
nuestros amigos también experimenten esas bendiciones. Nuestro testimonio es vital para que otros conozcan
al Señor.
6.-
Nos reviste de poder, Hechos 1,8. Cuando
el Espíritu Santo se manifestó en Pentecostés, aquel puñado de discípulos que hasta ese
momento permanecían escondidos, a partir de ese momento en que fueron
impregnados del Espíritu de Dios
vencieron ese miedo y comenzaron a anunciar el Evangelio
de nuestro Señor Jesús, ahora sin miedo
y teniendo la certeza de que Dios tenía el control de sus vidas.
7.- El
Espíritu Santo nos santifica, 1
Corintios 6, 11 y 17. Si bien el único plenamente Santo es Jesús,
mediante el Espíritu Nosotros iniciamos un proceso de santificación en Él, por
una razón, el Espíritu nos impulsa a imitar a Jesús en todo, incluso en su
santidad.
El
Espíritu Santo no es como un vestido que uno se pone cuando se necesita, ó se cuelga en algún sitio cuando nos
incomoda. No, el Espíritu Santo permanece en nosotros y actúa a cada instante si nosotros lo dejamos actuar y las condiciones que debemos reunir para que
eso suceda es tener una vida en oración,
vivir los sacramentos, hacer oración, leer la palabra y hacer vida la
palabra de Dios, vivir los sacramentos y
compartir en comunidad. Ahora para recibir ese don, ó más bien, para
ratificar la permanencia de ese don en tu vida, simplemente hay que pedirlo. Basta
con recordar el pasaje de “pedir y se
os dará, buscad y hallareis, porque el que pide recibe, el que busca encuentra
y al que toca se le abrirá. Si nosotros que somos malos sabemos dar cosas
buenas a nuestros hijos de la misma manera Dios regalará el Espíritu Santo a
todo aquel se lo pida.” Mt. 7, 11-13.
Gracias por esctibir y compartir estos mensajess.
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