miércoles, 6 de diciembre de 2023

POSITIVISMO TÓXICO

Como lo hemos estudiado, el positivismo tóxico es la sobrevaloración de las ideas y emociones positivas que llevan a una persona a no tolerar emociones adversas como la tristeza, la ira o el desánimo. Algunos la denominan happycracia, o el gobierno de la eterna felicidad, cuando en realidad es que para mantener una buena salud mental debemos ser capaces de entender que lo normal   es que se presenten situaciones que nos provoquen felicidad y  otras  que nos hagan llorar ó expresar ira. Estas emociones son parte de la vida y no está mal que las exterioricemos. 

 

Señales de alarma: 

 

  • -Ocultar o enmascarar las emociones que se están experimentando interiormente. 

  • -Tratas de "seguir adelante" ignorando o descartando una o varias emociones 

  • -Manifestar culpabilidad cuando estás triste o con ira. 

  • -Minimizas las razones por las que otras personas expresan sus tristeza. 

  • -Te esfuerzas en justificar diciendo que  "podría ser peor" en lugar de validar tu  
    experiencia emocional . 
    Cuestionas ó ridiculizas  a otros por expresar frustración o cualquier otra cosa que no sea positividad 

  • -Ignoras las cosas que te molestan con un "es lo que es" 

  • -Decir a quien pasa por un episodio de tristeza que no le de el gusto a nadie de derramar una lágrima por lo que hizo o dejó de hacer. 

  • -Decir permanentemente todo va a estar bien. 

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¿El positivismo tóxico cómo perjudica nuestra salud? 

 

El no tolerar o expresar las emociones negativas afectan la salud de diversas maneras. 

 

"Todas las emociones que reprimimos se somatizan, se expresan a través del cuerpo, muchas veces en forma de enfermedad. Cuando negamos una emoción, encontrará una manera alternativa de expresarse", dice Rodellar. 

 

Baker está de acuerdo: "Reprimir las emociones afecta a tu salud. Si escondes tus dificultades mentales tras una fachada de positividad tóxica, éstas serán reflejadas de formas alternativas en tu cuerpo, desde problemas en la piel hasta síndrome del intestino irritable". 

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"Cuando ignoramos nuestras emociones negativas, nuestro cuerpo les sube el volumen para llamar nuestra atención sobre ese problema. Reprimir las emociones nos agota mental y físicamente. No es saludable y no es sostenible a largo plazo", dice la terapeuta. 

 

Rodellar observa "una cierta tendencia al bienestar rápido, a querer sentirnos bien de manera inmediata, como un derecho natural". 

 

"Está muy bien pensar que todo va a salir bien, pero eso no significa que todo el proceso para que ocurra tenga que ser placentero. Es más realista decir 'esto también pasará' cuando estamos en un momento de bloqueo", dice el psicólogo. 

"Todas las emociones son como olas: van cogiendo intensidad y después van bajando y se convierten en espuma, hasta que poco a poco desaparecen. El problema es cuando no queremos sentirlas porque nos volvemos más dóciles ante una próxima 'ola'". 

 

Una segunda consecuencia, dice Rodellar, es que "cuando nos enfocarnos sólo en las emociones positivas, obtenemos una versión más ingenua o infantil de situaciones que nos pueden ocurrir en la vida, de tal manera que nos volvemos más vulnerables ante momentos difíciles. 

 

POSITIVIDAD TÓXICA 

ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD 

Mantente positivo 

Cómo te sientes, quiero escucharte 

No te preocupes, sé feliz 

Te veo estresado, cómo puedo ayudarte? 

Fracasar no es una opción 

El fracaso es parte del éxito 

Sólo vibraciones positivas 

Estoy aquí para todo 

Pudo haber sido peor 

Siento que pases por esto 

No llores, cálmate. 

Entiendo por lo que pasas estoy contigo 

Fuente: The Psychology Group 

 

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