sábado, 8 de febrero de 2014

ACTITUDES QUE AYUDAN A MEJORAR LA COMUNICACIÓN

Del libro Familia Construyéndote  extraigo algunas ideas prácticas para mejorar la comunicación tanto con la persona amada, como con los demás familiares y amigos.

Los detalles.- el detallista es aquella persona que no deja pasar por alto ninguna fecha importante para expresar sus sentimientos y al mismo tiempo alegrarse de los triunfos que obtienen los otros. Una llamada para saludar por el cumpleaños, una felicitación  por el nuevo título o por el nuevo triunfo obtenido. Siempre habrá razones para agradar a los demás. Quien es cordial, recibe cordialidad, quien es detallista recibe detalles. Aunque nuestra experiencia de fe insiste en que hay que dar sin esperar nada a cambio, la ley de la vida es clara. Cada quien recibe y cosecha lo que ha cultivado. Si es tosco, recibe brusquedad; si es indiferente recibe indiferencia. En la relación de pareja, el detalle alimenta el amor que los unió.

La amabilidad.- La amabilidad es sinónimo de cordialidad. El amable es cuidadoso de cada palabra que emplea para relacionarse,  es cuidadoso de sus actitudes,  está dispuesto siempre a colaborar en el momento oportuno aunque se encuentre en condiciones de desventajas físicas como las acciones a favor de los minusválidos. Hay personas que la utilizan como norma de vida y por urbanidad.  En la pareja, la rutina nos hace olvidar los actos amables. Que bueno que el esposo sorprenda de vez en cuando a su pareja llevando por ejemplo un domingo el desayuno a la cama, o una invitación a comer fuera de la casa, a tomar helado simplemente para estar juntos fuera de la jornada ordinaria del hogar o del ambiente de trabajo.

La prudencia.- Es decir, obrar en el momento indicado, empleando las palabras apropiadas y pronunciarlas a las personas indicadas. La prudencia es de sabios, reza un refrán  y una persona prudente puede tener muchas relaciones de amistad, porque los otros confían en que jamás va a  hacer algo que afecte esa confianza.   Este sentimiento es mucho más fuerte cuando se aplica la prudencia en las relaciones de  pareja. Todo prudente es reflexivo y mide cada una de sus actos y palabras  para no ocasionar dificultades con su manera de actuar.

La lealtad y la sinceridad.- La sinceridad es decir las cosas con plena transparencia y convicción, sin ningún tipo de interés oculto.   Una apersona leal es  aquella que pase lo que pase no va a traicionar nuestra confianza. Es capas de exhibirse de manera pública, incluso con argumentación con tal de defendernos. Es decir es alguien  que no sólo está de parte nuestra sino que nos defiende  en las buenas y en las malas.  No es fácil conseguir personas leales, ya que algunos están con nosotros mientras estamos cercas  y cuando les conviene pero después nos dan la espalda. Hay que luchar para conseguirlos. Desafortunadamente nuestro medio,  la lealtad se ha perdido. Muchas personas están con nosotros en determinados momentos pero en la eventualidad de que las cosas cambian, se pasan a otro bando, se acomodan fácilmente a las circunstancias para beneficiarse. “quien encuentra un amigo ha encontrado un tesoro” dice la palabra. El máximo valor de un amigo es este: que sea leal y que esté con nosotros siempre. La persona leal no nos falta,  no abusa de nuestra confianza, dice lo que piensa con plena claridad pero es capaz de escucharnos y orientarnos en los momentos en que descubre que estamos tomando caminos equivocados. Particularmente creo en la amistad y aunque se diga lo contrario, también creo en los amigos, en los amigos leales y con los cuales podemos ir a la batalla, convencidos que estarán con nosotros hasta el final.

La solidaridad.-  La  solidaridad es la capacidad de sentir el dolor ajeno como algo propio.  Como algo que me afecta. Y como consecuencia de ese dolor, se es capaz de tomar la iniciativa para conseguir que esas situaciones de dolor y sufrimiento cambien  para bien de la otra persona. Solidaridad es diferente de lástima. Sentir lástima aliena, inutiliza al otro. El solidario, es agente de cambio y de progreso. Necesitamos familias solidarias con cada uno de sus miembros; necesitamos parejas solidarias para que se comprometan a que su pareja pueda dar lo mejor de si para su superación, para su crecimiento personal y para el beneficio de toda la familia. Todos debemos en cierta medida educarnos en la solidaridad.

 Lo contrario de la solidaridad es  la indiferencia frente al sufrimiento ajeno, es la injusticia. El incremento de  los cordones de miseria en nuestras ciudades, el  incremento de los niños y personas necesitadas en la calle, es el resultado de la indolencia  de nuestros gobernantes que llegan al poder no para ayudar a que las cosas mejoren, sino para incrementar su riqueza personal. Estas conductas mezquinas son alimentadas y cultivadas en los hogares, cuando la pareja es egoísta, cuando la familia se enfrenta por cualquier peso. Desde hoy hay que romper esa cadena que ha arruinado a Colombia, pero no esperando que los cambios vengan desde arriba porque los que están cómodos no van a renunciar a sus privilegios. Necesitamos iniciar esas transformaciones sociales desde la base de  la sociedad que es la familia, con la educación, con la formación y con la transmisión de valores como la solidaridad entre otros.

Aunque la lucha no es fácil se que si todo los matrimonios y las familias de fe se unen en este esfuerzo, las cosas deben mejorar para las futuras generaciones.

 La ternura.-  Es la capacidad de expresar nuestros afectos a través de la palabra y a través del tacto. Atrás quedó la época en la que se insistía en que el hombre no podía ser tierno porque perdía su identidad de varón. Las manifestaciones de ternura son parte integral de la persona. Todos debemos ser fuentes de ternura para los demás. En especial para la pareja y los miembros de la familia. Hay algunas personas que por su educación recibida, como se había dicho,  les queda difícil ser tierno pero esto no es porque no lo deseen sino porque no pueden hacerlo. Sin embargo, estos individuos aunque aparenten rudeza en su carácter, en el fondo son sensibles a las manifestaciones de amor del otro, cuando están solos. En público pueden parecer toscos pero en la intimidad son dulces, y comunicativos. En la relación de pareja, la ternura puede desplazar la palabra hablada. Sin embargo, el valor de lo que recomunica puede significar o expresar mucho más. Dentro del matrimonio la ternura no se puede reducir a las caricias que anteceden al acto sexual. Ternura no es sinónimo de erotismo, ni mucho menos puede desencadenar siempre este acto.

Algunas esposas se quejan de la frialdad de sus esposos ya que solo son tiernos cuando quieren tener relaciones. “¡ya te conozco!” Dicen. “Eres tierno y luego quieres que vayamos a la cama”. La ternura debe ser parte integra de nuestra forma de ser. Un abrazo fuerte cuando menos se espera, una caricia o simplemente un beso, no solo habla bien de quien lo da, sino que hace sentir muy bien a quien lo recibe. Uno de los ejercicios que hay que iniciar es identificar qué tantas manifestaciones de ternura le he brindado a mi pareja durante la última semana. Una, dos, tres o cinco veces. Si han sido pocas esas veces, vamos a esforzarnos por mejorar desde hoy. No se pierde nada y en cambio se gana todo. Se gana el tiempo perdido, se gana un ambiente agradable, una relación afectuosa y sana. La ternura puede ser aplicada por todos sin distinción de edades. Los abuelos pueden considerarse ridículos si abrazan a su esposa. Lo mismo los hijos, aún crecidos, no pierden nada si abrazan a sus padres. Repito, en este ejercicio para identificar los niveles de ternura todos ganamos, y especialmente gana el también te del hogar.


De la misma manera, los esposos debemos fomentar las manifestaciones de ternura entre nuestros hijos, animándolos y guiándolos a que expresen sus sentimientos. Está claro que ternura entre los hombres no es “mariconería” ni apología del feminismo. Ambos sexos, varón y hembra, pueden ser tiernos, es más, deben ser tiernos sin el temor de que con ello estén dejando entrever sus debilidades. Cualquier manifestación de ternura contribuye a dar confianza, a sentirse querido,  sentirse importante. Las manifestaciones de ternura que debemos trabajar, es incluir en el trato diario que sostengamos con los demás, un saludo cordial, un apretón de manos,  un abrazo o simplemente expresar estos sentimientos con nuestras palabras. 

ORACIÓN PARA FORTALECER LA COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

Señor Jesús, tu eres el comunicador por excelencia.  Como Dios que eres te hiciste hombre sólo para  que la humanidad te conociera, para padecer como nosotros  las adversidades del mundo, las contradicciones  e incomprensión de los hombres. Aún así, Dios bueno, no renunciaste a esa condición sino que creciste como un niño cualquiera, recorriste los caminos polvorientos de Nazareth para   inundarlos con tu alegría y con tu esperanza. Cuando te hiciste hombre iniciaste el anuncio del Reino. Miles de personas fueron testigos oculares de lo que decías y de los milagros que obraste. Hoy esta tarea tuya señor continúa en manos de  nuestra Iglesia y de manera particular  en nuestras manos, porque somos parte de esa iglesia que tu creaste.

Te pedimos señor que nos hagas unos buenos comunicadores de tu verdad y de tu palabra. Que además de comunicar, seamos capaces de escuchar, como tu escuchaste, seamos capaces de servir como tu serviste. Principalmente a nuestros seres queridos y a nuestro pareja. Tú, quien conoces todo de nosotros,  también conocías desde antes a  esta persona con la que hoy comparto la vida. Te pido buen Jesús que le bendigas  y si hay alguna situación que nos separa ayúdanos a mejorar y a  superar cualquier resentimiento, cualquier duda, cualquier odio o rechazos. La elegí como pareja,  y estoy  dispuesto a entregarlo todo sólo porque le amo, sólo porque creo en que es posible  conformar con esta persona una familia sin odios, sin resentimientos una familia en la que tu seas el centro Señor.


De la misma manera, bendice a nuestros hijos fruto del amor que nos prometimos un día y  que con tu ayuda vamos a recuperar, vamos a fortalecer  y vamos a ganar. Quiero poner en tus  manos todas las palabras que nos pronunciaremos hacia el futuro, y si en algún momento voy a ofenderle con algo que puedas decir, dame control de mi lengua y de mis emociones para abstenerme de ello Señor. Todo esto te lo pido a ti que eres nuestro Dios y  vives y reinas por los siglos de los siglos, amén.