viernes, 23 de febrero de 2018

LA PALABRA DE DIOS SE HACE VIDA EN NUESTRA RELACIÓN CON LOS OTROS.


No es posible que alguien  diga que es un creyente  íntegro, maduro y comprometido con la palabra  de Dios viviendo desconectado y aislado de sus semejantes.  Esto aplica para todos en la iglesia: laicos  comprometidos, religiosos, religiosas y personas del común.

Somos conscientes que  este momento histórico en el que vivimos absorbe nuestro tiempo en   el trabajo, en quehaceres del hogar, el estudio, una que otra actividad lúdica  ó deportiva y, eso sí, espacios para hacer uso de  mucha tecnología. Sin darnos cuenta nos hemos vuelto  autómatas: de aquí para allá y de allá para acá, ocupado en  muchas cosas que giran más en el hacer, el producir, en encontrar pretextos para celebrar de todo, esto último, paradójicamente, al lado de los otros pero sin interesarnos  ni preocuparnos  ese otro  como individuo ó en su defecto convirtiéndonos en un espectador pasivo por horas y horas  de lo que ese otro hace y muestra a través de redes sociales.

Frente a esta realidad  es hora de hacer un alto porque los creyentes no podemos perder la cercanía física,   la relación interpersonal y cara a cara,  no a través del Facebook. Necesitamos el contacto  como seres sociables  que somos. Actuar de otra forma es permanecer  abstraídos  y desconectado de nuestra condición humana que implica y exige relaciones directas.

 Con estas reflexiones buscamos animarlos a  generar espacios de reflexión individual  y  grupal. Queremos  propiciar encuentros de crecimiento y de  dialogo  con su familia, sus compañeros de trabajo, sus amigos y hermanos de comunidad.  Es una apuesta  para   recordar que   Jesús nos invita a amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Es claro que solo puede amarse al otro cuando se le conoce plenamente  y sólo se conoce a un individuo cuando tenemos con él espacios para vivir la fraternidad


martes, 13 de febrero de 2018

ORACIONES PARA NIÑOS

I
Gracias papito  Dios por este  día, gracias porque me regalas la vida y la salud, gracias porque haces posible que pueda pensar en Ti y tenerte conmigo siempre.

Te entrego todo lo que hay en mi corazón y en mi mente, permite  que cada cosa que realice  sea de bendición no sólo para mí sino para las personas que están conmigo.

Pongo en tus manos a  mi familia, haz posible que el esfuerzo de mis padres se vea premiado con el logro de  lo que han querido  y soñado alcanzar para sus vidas.

Sé que me escuchas  y eso me llena de confianza y esperanza porque vas a concederme lo que espero de  Ti. Amén.

II

Qué bueno eres Padre del Cielo y de la tierra,  siempre piensas en nosotros tus hijos, una muestra de ese amor es este día que me regalas,  un nuevo día para mí y para todos los que te amamos.

Quiero darte gracias por cada persona que has puesto en mi vida, por todo lo que me enseñan, por todo el tiempo y la compañía que me dan.

 Padre, que tu amor que es tan grande me acompañe no sólo hoy  sino   en todo lo que haga y en cada cosa que quiero lograr.

Papito  Dios, sigue al lado de mi familia y enséñanos que Tú eres el más importante, que solos con nuestras fuerzas no podemos, que siempre te necesitamos para dar pasos seguros. Bendícenos hoy y cada día. Amén.


III

Papito  Dios, sé que  has estado  conmigo todos los días de mi vida. Reconozco que me acompañas durante mi descanso y en cada actividad que  realizo. Te doy gracias por ser mi apoyo, por ser  compañía y por ser mi Dios.

Enséñame Papito Dios a ser como tu Hijo y mi hermano  Jesús,  que el amor que me  das lo pueda multiplicar con buenas acciones con los demás. De igual manera te pido  me ayudes a tener un corazón sencillo, que no sienta envidia, ira, egoísmo con quienes están a mi lado, que mis sentimientos y emociones me acerquen más  Ti.

Gracias Jesús porque eres bueno y Tu amor no tiene fin. Bendito eres por todo lo que sigues haciendo en la historia de quienes creemos en Ti.



IV

Papito Dios, abro mi corazón a Ti  con la confianza de saber que conoces  todo de mi vida, conoces mis pensamientos y lo que espera mi corazón, y lo que más deseo Papito Dios es que bendigas a mis padres, sabes que son muy importantes para mi vida, que todo lo que hacen con esfuerzo, dedicación y amor tenga una recompensa para sus vidas.

 Sé que eres bueno y bondadoso, que nunca dejas de responder a nuestras oraciones y por eso estoy aquí porque así me siento más cerca de Ti.

Gracias mi buen Señor por este encuentro, porque siempre estás disponible para mí, sigue obrando en mi vida y en todos los que nos unimos en oración. Tú nos conoces desde siempre. Amén


V

Cada día, es una nueva oportunidad para cumplir todo lo que quiero, espero saber siempre qué es lo mejor para mi vida y que a través de la oración pueda compartir contigo mis sentimientos.

Gracias por lo que hasta hoy he recibido, por los regalos maravillosos que siempre recibo de tu generosidad, por favor enséñame a tener un corazón agradecido y que nunca deje de sorprenderme por todo lo que viene de Ti.

Bendito eres mi Dios, acompáñame en cada paso que de y llévame por el camino del amor, que aprenda a ser solidario con mi familia y todos los que conozco.



domingo, 11 de febrero de 2018

CRISTIANISMO Y CARNAVALES

Sí es posible ser creyente y disfrutar los carnavales de manera sana y responsable,  porque la madurez espiritual de un individuo lo lleva a vivir la fe sin sectarismos ni excesos, a respetar las diferencias, a amar a Dios y a sus semejantes y a disfrutar de todo lo bello y estético que hay en las expresiones culturales como estas  sin que eso signifique que se ha contaminado y condenado al fuego eterno del infierno.

Durante el carnaval y los días previos a estas fiestas, por todos los medios llegaban mensajes de   hombres y mujeres que hoy son “santos  y santas var
 BACO Ó DIONISIO
ones y varonas” que alertaban dizque porque el diablo andaba suelto durante los carnavales y todo lo que tuviera que ver con esta fiesta   era diabólico. Incluso a este grupo de fatalistas pertenecían no sólo cristianos de vieja data sino  aquellos recién convertidos al cristianismo  que durante años llenaron sus arcas explotando, comercializando y viviendo del carnaval.

El argumento utilizado para justificar estos mensajes es que en los carnavales se adora al Dios  Baco o Dionisio, quien  dentro de la mitología griega era el Dios del vino y la vendimia. Pero, ¿Quién era este personaje y qué tan cierto es que todo el que participe en los carnavales  está adorando a este Dios?
                                                                                                                      
Empecemos por recordar que Baco es un personaje mitológico (el hombre antiguo acudía a la mitología para explicar fenómenos  que la ciencia  y el conocimiento humano de la época no alcanzaban a explicar).   Y es uno de los nombres que ha recibido Dionisio, Dios del Vino y la Vendimia en la Mitología griega. Como es sabido, muchos de esos personajes de la mitología griega, tuvieron su equivalente en la cultura y mitología romana, y en este caso, quien para los griegos era Dionisio para los romanos fue Baco, ambos personajes representaban lo mismo, insisto Dios del Vino y la Vendimia. A Baco, se le conocía como el Dios Liberador, por esa capacidad  que tiene el vino de desinhibir al individuo que lo consume en demasía y que lo impulsa a hacer cosas que en condiciones normales no hace, por ejemplo enamorar  a una mujer de condiciones sociales diferentes, irrespetar con palabras y hechos  a la autoridad, etc.

Como los otros dioses, Baco  tenía sus propias fiestas  para rendirle culto. En el caso de los romanos ese culto se le rendía en los Bacanales, cómo no hacerlo si era el espacio en donde el licor corría sin ningún tipo de control. Ese  culto lo iniciaron  los Romanos en el año 200 antes de Cristo, y aunque inicialmente a las fiestas sólo se convocaba a las  mujeres con el paso de los años es organizado tanto para  mujeres y hombres. A estas celebraciones se le atribuye el origen de los carnavales. Las fiestas sin control era un escape para la población que vivía en  ambientes de hostilidad, de pestes, de pobreza extrema y de la explotación que ejercía el imperio sobre las grandes masas.

Ahora  bien, ¿qué tan cierta es la afirmación de los fundamentalistas bíblicos   cuando dicen que  todo el que disfruta de los carnavales está adorando al Dios  Baco y al demonio? Con la madurez que me da la experiencia de fe vivida durante más de 25 años y además las enseñanzas que he recibió de la iglesia, debo decir que quien participa de estas fiestas de manera mesurada, sin excesos, sin borracheras fuera de control no comete pecado ni está  adorando a ningún Dios Baco ni al maligno. Simplemente disfruta de la belleza estética y de la cultura que es patrimonio de todos y para el  disfrute de todos.

Sí cometen faltas contra la fe aquel que pierde el control de sus emociones y se lanza al consumo de licor y al sexo  de manera desenfrenada, desordenada atentando contra su salud y despilfarrando los recursos  exponiendo a su familia a vivir en la miseria.

No olvides que  Dios nos hace libres de optar por el camino del bien ó por el camino del mal y nadie puede obligarte a hacer lo que sabes no conviene hacer.  Ese Dios que guía tus pasos te de la sabiduría para vivir tu fe en libertad aún en carnavales.




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jueves, 8 de febrero de 2018

CREE EN DIOS Y TAMBIÉN CREE EN TI.

Cree en Dios porque es Creador y cree en ti porque eres su creatura, es decir obra de sus manos.

Cree en Dios por  dar origen al universo y cree en ti porque te dio  sabiduría para conservarlo.

Cree en Dios porque te regaló la vida y cree en ti porque te ha permitido perpetuarla a través de tu descendencia.

Cree en Dios por darte un  cuerpo saludable y cree en ti porque puedes cuidarlo.

Cree en Dios porque te ha servido y  amado hasta el extremo y cree en ti porque puedes ser instrumento de su amor a través del servicio y la entrega hacia los hermanos.

Cree en Dios porque es sabio y cree en ti porque también te regaló el  don de la sabiduría para crear y transformar.

Cree en Dios porque es bueno y cree en ti porque estás llamado a ser lo mismo.

Cree en Dios porque a pesar de tus errores te perdona siempre y cree en ti porque también eres capaz de perdonar.

Cree en Dios porque es amor y cree en ti por  tu capacidad de amar.

Cree en Dios porque es único y verdadero y cree en ti porque no hay nadie como tú.

Cree en Dios  porque escogió una familia para rebelarse ante el mundo y ponerse a su servicio  y cree en ti porque naciste y creciste en una familia que te acogió y capacitó para que el mundo se beneficiara de lo haces.

Cree en Dios porque  a su iglesia y cree en ti porque te puso en ella.

Cree en Dios porque es implacable con la mentira y la maldad y cree en ti porque puedes combatirlas.

Cree en Dios porque quiere la felicidad del hombre y cree en ti  porque optas por ser feliz.

Cree en Dios porque rechaza el pecado y cree en ti porque serás capaz de vencerlo.

Cree en Dios por ser Dios y cree en ti por ser obra de Dios.



miércoles, 7 de febrero de 2018

ORACIÓN PARA PEDIR PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA.

Jesús, escucha mi oración, atiende mi súplica Señor. Reconozco que he fallado, reconozco haber actuado de manera indebida. Reconozco haber actuado mal, y ese error que cometí, me trajo hasta esta situación de zozobra, de estrés, de angustia en  la que me encuentro en este último tiempo. He  aprendido la lección Señor y no quiero volver a fallarte, no quiero volver a apartarme de tus caminos. Tú eres un Dios celoso y perfecto y no quieres que ninguno de nosotros, a quienes  amas tanto,  nos perdamos en el pecado, en la mentira, en la codicia, en la maldad, por eso al desviarme de tus caminos, me corriges, no como castigo ni como muestra  de tu poder, sino que  nos corriges para que entendamos que lo sabes todo y tienes el control de todo.

Después de tanto esfuerzo, aquí estoy Señor, cansado, delante de Ti. Bien conoces las batallas que he librado durante este día para lograr que las cosas mejoren, sin embargo Señor, veo todo muy difícil. Cada día siento que me hundo más y más  en esta situación, no veo salida.

 A quienes consideraban mis amigos en los tiempos en los que  yo permanecía en la abundancia, cuando me ven venir se alejan o  se esconden y los que no se esconden  dicen que no pueden ayudarme porque no pueden arriesgar su tranquilidad.  ¿Por qué tiene que se así? Cuando pude lo di todo por ellos, sin embargo hoy que los necesito, me dan la espalda. Aunque no les guardo rencor, me siento abatido, compungido por el poco interés que les despierta la situación que vivo. Mis acreedores me acosan porque no he podido cumplir con los compromisos adquiridos, y lo que es peor, en casa mis seres queridos me recriminan porque, según ellos, no hago nada para que las cosas mejoren. Cuando no es así, Señor Tú lo sabes.

Frente a esta realidad que vivo te pido Señor  me regales paz en el corazón. Sé tú tomando el control de mi vida, de manera que en medio de los escasez, de la indiferencia de mis seres queridos y amigos y de la soledad asfixiante  que experimento, pueda tener paz. Dame tu paz y permite que pueda darla también  a mis adversarios. Sé que un corazón contrito no lo desamparas.  Al regalarme tu paz, te pido que pueda ser un mensajero de esa paz en medio de la tormenta. Que seas Tú, estando  presente en todo lo que diga y haga. Donde Tú estás hay paz, y si estás en  nuestra vida no nos falta nafa Señor, porque lo eres todo, Señor.

Si tengo Paz, me vas a regalar tú Espíritu Santo y con Él, sus dones de sabiduría, templanza y carácter para tomar mejores decisiones.   Gracias Jesús, por el don de la paz, amen.


martes, 6 de febrero de 2018

CONFÍO EN TI POR SER MI DIOS

Confío en Ti porque me elegiste desde el vientre mi madre
Porque entre miles de posibilidades descubriste cuanto valía.
Confío en Ti porque   insuflaste sobre mí la vida.
Confío en Ti porque moldeaste mi cuerpo y todo mi ser.
Confío en Ti porque le diste salud a cada uno de mis órganos
Confío en Ti porque permitiste que creciera sano
Confío en Ti  porque  a pesar de mi vulnerabilidad  me protegiste.
Porque desviaste de mi camino a todo el que quiso hacerme algún daño.
Confío en Ti, porque estuviste ahí mientras crecía tanto física como mentalmente
Confío en Ti por regalarme inteligencia.
Confío en Ti porque en los momentos de Soledad y de tristeza fuiste mi compañía.
Confío en Ti porque me ayudaste a vencer el desánimo.
Confío en Ti por los Ángeles que enviaste para que me guiaran.
Confío en Ti porque cuando caí me  ayudaste a poner de pie y continuar.
Confío en Ti porque me animaste  a creer en mí.
Confío en Ti porque me ayudaste a fijarme metas y luchas por cumplirlas
Confío en Ti por regalarme el don de la fe.
Confío en Ti por regalarme pasión y determinación por lo que hago
Confío en Ti por saciar mis necesidades siempre
Confío en Ti por  ayudarme conocer las dimensiones del amor
Confío en Ti por hacerme Feliz.
Confío en ti porque te amo y porque sé que Tu también me amas,
Confío en Ti porque eres Dios.
Confío en Ti porque eres mi Dios.