Amado
Dios, en este momento clamo a ti con todas las fuerzas de mi corazón para implorar
tu ayuda y tu bendición. Bien conoces
todo lo que he luchado, todo lo que he sufrido,
todo lo que llorado sola, Señor.
Conoces todo lo que he hecho para ayudar a mi esposo con la intención de que supere esa adicción, la cual no sólo está afectando su salud, sino que nos
está enfermando como familia. Después de este tiempo que hemos compartido en pareja reconozco Señor que me he sentido engañada, porque si bien antes de casarnos descubrí que padecía este
mal, al verse descubierto me aseguró que si en verdad le amaba, que lo
ayudara a salir de ese hoyo. Me hizo creer que para él, solo nuestro matrimonio
lo sacaría de esa situación. Por el
amor que le tenía y aún en el fondo le tengo, le creí, pero hoy, amado Dios
veo que no ha sido así, por eso clamo a Ti Señor por tu ayuda y tu bendición.
Sé que
no he sido la mejor creyente, me he equivocado muchas veces, y en este camino que he recorrido buscando solución, he
tocado muchas puertas las cuales, al abrirse en vez de sanarlo, siento que
se ha incrementado su enfermedad. Sé que
el matrimonio es para siempre y que
debemos permanecer juntos en la abundancia y en la poquedad, en la salud
y en la enfermedad, pero es tan fuerte
esta carga que he querido dejarlo todo.
Sé que
fuiste Tú quien puso esta oración en mi camino por eso la hago con fe, una vez más te pido, ayúdame Señor, dame
tu luz, dame la gracia de tu Espíritu Santo para tomar decisiones acertadas. Ya sé que con peleas, con gritos, con
indiferencia esto no se ha resuelto y tampoco se va a resolver. Me quedas Tú
Señor. Esto no es lo que quiero para mí ni para mis hijos ayúdame, Dios bueno.
Sólo tres cosas te pido: dame paz
interior para que esto no me irrite; dame sabiduría para decidir bien, y
dame carácter para no doblegarme ante las falsas promesas, que pueda mantenerme
en las decisiones que tome hasta cuando lo lleve a reconocer que está
enfermo y que busque ayuda. Todo eso lo recibiré si me regalas tu
Espíritu Santo.
Ven
espíritu Santo, quédate en mí y hazme tuya por siempre, amén.