domingo, 24 de octubre de 2010

LA ORACIÓN

Uno de los elementos que caracteriza  a las personas con inquietudes espirituales es  el hacer oración.   Pero ¿qué es la oración?   La oración es ese diálogo  franco, sencillo  y directo con el Señor, en el cual  el  ser humano  pone en las manos del Creador su vida, sus necesidades, sus tristezas, sus alegrías;  confía plenamente en que El se  va a manifestar en el día a día y al mismo tiempo se compromete a hacer y aceptar la voluntad de Dios, es decir, que  al orar abrimos nuestro corazón  a tres dimensiones, la primera dimensión   es  la  entrega total de nuestras necesidades a las manos de Dios, que nos genera  la segunda  que es  la confianza en que El nos va a responder, pero al mismo tiempo nos prepara para aceptar  su voluntad, en caso de que lo que esperamos no se de, y tercero nuestro compromiso de actuar conforme  Dios espera que actuemos.  Esto  es bien importante entenderlo porque algunos se acuerdan que deben  hacer oración sólo cuando  se presentan dificultades y  se olvidan de Él  en la abundancia; otros creen que la oración es mágica y otros oran, pero su vida personal está distante del Señor.  La oración nos  debe mover al cambio, a rechazar lo malo y a acoger  todo lo bueno.

¿QUÉ ENSEÑÓ JESÚS SOBRE LA ORACIÓN?

Al leer los Evangelios encontraremos muchas escenas en las que Jesús hacía oración. Oraba por  sus discípulos, oraba para curar a los enfermos, oraba  por  la conversión de las personas,  oraba al Padre Dios por Él mismo y además enseñaba a orar. Una vez los discípulos le  pidieron   que los enseñara  a orar como Juan  enseñó a sus discípulos, (San Mateo 6, 9-13) y Jesús les dio el Padre Nuestro, el cual es como la puerta de entrada  a nuestra oración personal. En  esta oración sencilla del Padre Nuestro  realizada con fe y con una meditación profunda, podemos experimentar la presencia de Dios, en nuestras vidas, y a partir de ese instante nuestra  relación con Dios a través de la oración se hace más cercana y  más intima. Jesús insiste en que debemos estar preparados en oración porque no sabemos el día ni la hora, Mateo 25. 1 -13.  San Pablo en la carta a los Tesalonicenses 5,17 nos pide que oremos siempre.

¿CÓMO  HACER ORACIÓN?

No hay una fórmula estricta para hacer oración, lo que sí es importante tener claro que cualquier circunstancia debe ser válida para que entremos en intimidad con el Señor a través de la oración. La iglesia como  madre y maestra  nos  recomienda  orar con la Lectio Divina (oración desde la Palabra), tema que abordaremos en otra columna. Cada santo  tiene una manera particular de orar y esa oración se las enseñaba a sus discípulos. San Juan Eudes, fundador de la comunidad de los padres eudistas, por ejemplo, recomendaba utilizar la fórmula  del  ágape, es decir sugería que la oración personal y comunitaria se iniciara con un momento  de alabanzas, puede ser con cánticos  u oración de alabanza, después de alabarlo viene un segundo momento para agradecerle todas las manifestaciones de amor que tiene con cada uno de nosotros, luego un momento para adorarlo como lo que es, el Dios eterno, un momento para pedirle perdón por el mal que hemos cometido y por último  entregarle nuestras necesidades, con la certeza de que ya hemos recibido eso que requerimos, es decir,  con fe.   Jesús sólo exigía una cosa cuando hiciéramos oración, que fuésemos sinceros de corazón. Decía que cuando hiciéramos oración no fuéramos como los hipócritas que se daban golpes de pecho en público y pronunciaban fervientes discursos para que los vieran, pero su corazón estaba lejos de Dios. Esa oración no llega a Dios. Sugería que oráramos en lo  secreto y nuestro Padre que ve en lo secreto nos premia. Deseo que Dios te bendiga y te invito desde ya a que fortalezcas tu experiencia de oración.

3 comentarios:

  1. Desde que se sienta realmente la necesidad,se tenga la disponibilidad,el tiempo sin los afanes de la vida,con el corazon dispuesto y la humildad del mismo. no importa la hora, el lugar, ni como lo hagas o lo digas si cada palabra que de tu boca sale la siente tu corazon el amor de DIOS estara eternamente para ti.

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  2. En la última clase de mi curso de Teología con Mauricio P aprendí que no solo oramos vocal o mentalmente; sino también leyendo buenos libros de Dios, hablando y escuchando hablar de Dios y realizando las acciones con espíritu de oración (es decir, ofrecer todas las cosas por mas cotidianas que sean a Dios).
    También que milagro no es pedirle cosas a Dios para que nos las conceda sino dejarlo hacer su voluntad en mi, ese es el gran milagro. Keth C.

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