En este día te invito a revisar qué tan válidas son las excusas y razones que usas para
justificar tus actos.
Es común
encontrar en los ambientes en los que nos movemos, a personas que, por tratar
de justificarse en sus errores, en sus
olvidos, o en su incapacidad de hacer las cosas,
acuden a justificaciones que en ocasiones son hasta inverosímiles. No se
si usted conoce personas así, pero yo me encuentro con ellas todos los días.
Basta con que preguntemos a alguien
si cumplió la promesa de dejar de fumar, de beber licor, o de no continuar reuniéndose con aquellos que los inducen a actuar de manera equivocada.
Si indagamos las excusas que se utilizan en la relación de
pareja, muchas son hasta repetitivas. Por ejemplo las razones para justificar
las llegadas tarde a casa suelen ser el exceso de trabajo en la oficina, el encuentro con algún amigo que hacía mucho
tiempo no veía, no encontré taxi a tiempo o fue el carro que se pinchó y lo peor,
no te llamé para informarte porque la batería del celular se había agotado, como si no
existiera en cada esquina de nuestras ciudades personas ofreciendo el servicio de telefonía
móvil. En fin, las hay de todo tipo.
Quiero aclarar
que no pretendo afirmar que todas las
excusas tienen algo de falsedad, Dios me
libre. Lo que pretendo es ayudarles a tomar conciencia de que en vez de tratar de
justificar el porqué no se actúa correctamente, preocúpese por cuidar cada acto de
su vida y hágalo bien. Soy
incisivo en esto, si hay algo que debe
caracterizar a una persona que dice creer en Dios, es la fuerza de la verdad,
su obsesión por la responsabilidad, su interés en vivir la honestidad y la
coherencia entre lo que dice y lo que vive.
Valdría la pena
hacer un inventario de cuáles son las excusas y las razones que utilizamos para
justificar los incumplimientos y los errores. Desde lo
más profundo del corazón se debe tomar conciencia de lo que se ha dejado de hacer, del daño que nos hemos causado o le hemos
causado a los demás con nuestras actuaciones, sobre todo a los más cercanos y
trate de corregirse. Estoy convencido
que una persona cambia cuando quiere cambiar, no cuando los demás le dicen que
cambie. Quizás tu esposa, tu esposo, tus padres, amigos o tus hermanos, durante muchos años habrán luchado para que seas una
mejor persona, pero te has hecho el sordo (a), sería una grata sorpresa para todos que desde este día noten que estas haciendo el mejor de los esfuerzos por cambiar, por crecer, por vivir en la luz y la verdad. La decisión está en tus manos. Cuando sientas que no vas a poder acude a Dios en oración, ÉL te dará la fuerza para vencer.
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