Señor Jesus, Tú me lo has dado todo.
Lo que tengo ha sido el fruto de tu misericordia y tu amor por mí, la vida, los
talentos, mi trabajo, los amigos y las capacidades de hacer de manera fácil lo
que a otros les cuesta, el hogar donde me has puesto y en el cual has querido
que sea el espacio en el que de testimonio de tu presencia en mi vida. Todo eso
que he recibido de Ti sin merecerlo es la muestra más fehaciente de cuánto me
has amado, por eso te doy gracias.
A pesar de todo lo que me has dado, Señor, en
este momento reconozco que este año he pecado contra Ti y me pesa fuertemente
porque te he ofendido Señor, por eso te pido perdón. Te he ofendido al no ayudar
ni ser sensible ante los pobres y necesitados que extendieron sus manos pidiendo
ayuda; al no visitar a los enfermos, a los hermanos que están en las cárceles,
al no entregarme lo suficiente en el trabajo, al abusar de la confianza que han
depositado en mí.
Te he ofendido al no dar testimonio de Ti en el hogar que me
regalaste como muestra de tu amor. En vez de acercar a mis seres queridos a tu
amado corazón para que experimentaran tu cercanía, tú ternura, tu perdón, con
mis palabras, y mis actitudes en algunas oportunidades los he
llevado a dudar de tu poder.
Por eso te
pido perdón de igual manera, te pido Dios
que no tomes en cuenta sus errores por haberse apartado de tus caminos y más bien
has posible que, a pesar de lo que he en el pasado dejé de aportar a sus vida,
pueda, con mi cambio de comportamiento y de actitudes, ser bendición para
ellos. Tampoco tengas en cuenta mis
errores, toma mi corazón y mi mente Señor, transfórmalos y hazlos tuyos, de
maneras que pueda reorientar mi vida para estar unido enteramente a Ti. No
quiero volver a pecar, quiero ser tuyo y estar unido a ti siempre. Acógeme y no
me dejes nunca, amen.
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