sábado, 4 de mayo de 2013

¿CÓMO CONSEGUIR BUENOS AMIGOS?


Como bien se sabe los seres humanos siempre vamos a estar en relación con los otros, es decir, no somos islas.   Estas relaciones se dan en distintos niveles    y en distintos espacios. Tenemos entonces relaciones familiares que son las que construimos en el hogar todos los días y desde cuando somos niños o niñas. Estas relaciones   perduran para toda la vida. Aunque nos sintamos  a gusto o no, hemos nacido en el seno de una familia con su propia historia, con sus costumbres y tradiciones y hemos venido a sumarnos a ese grupo.  Es posible que en la medida en que uno crezca como persona  pueda estar en desacuerdo con la forma como nuestros familiares han construido su  historia, pero eso  no me desliga de  la misma, porque formo parte de ella. En estos casos  más que ubicarme en el otro extremo de los que critican esa historia y esas costumbres, me debo sumar para ayudar a construir nuevos valores, nuevos hábitos y nuevas formas de ser. Con ellos, insisto,  tendremos relaciones por siempre.

El segundo nivel son las relaciones  que se construyen  con el vecindario, es decir con las personas que coinciden con nosotros en el sector de nuestra residencia; pero también  con los compañeros de  la escuela,  de la universidad, con los compañeros de trabajo, con las personas con las que coincidimos cada día en el autobus o en el estacionamiento. En fin,  cada espacio, cada experiencia  diaria, nos permite  entrar en contacto con los demás.  Ahora bien, en medio de tantas circunstancias que me llevan a  entrar en contacto con personas de distintas costumbres  surgen varias inquietudes: ¿Cómo conseguir un amigo verdadero? ¿Cómo se construyen relaciones de amistad  que sean sólidas y duraderas? Además ¿Qué aspectos influyen para que  unas relaciones de amistad sean más  fuertes y más cercanas que otras? ¿Cómo  saber si un amigo  o una amiga en  realidad  le interesan mi amistad y lo que soy como persona y no lo que pueda ofrecerle?

Considero que más   que lanzarme  a la  conquista de mejores amigos, de amigos que me   valoren, que me den su tiempo, y estén dispuestos a compartir sus experiencias conmigo.  Debo primero esforzarme yo en ser un buen amigo y eso es fácil  si tengo en cuenta las siguientes recomendaciones:

-         Debo interesarme por las otras personas. Más que esperar que el otro  se interese en mí, debo tomar la iniciativa de saludar primero, de ser solidario primero, amable, cordial. No olvides que la Palabra nos recuerda que no hemos venido al mundo a ser servidos sino a servir. Para ellos está claro que debo tomar la iniciativa.

-         Estar dispuesto a ayudar  siempre.  Una  buena amistad puede comenzar  a construirse o se puede fortalecer en la medida  en que soy parte de la solución de los problemas que aquejan a la otra persona.  Muchas  veces  nos interesamos por el otro, pero no aportamos nada, no ayudamos a nada. En este segundo nivel debemos lanzarnos a la aventura de  proponer, de construir, de compartir incluso lo  poco que tenemos para que el otro viva mejor. Nuestro tiempo, nuestra  compañía y por  qué no, parte de nuestros recursos.

-   Tener presente las fechas especiales y celebrar con ellos.  Una llamada para felicitar en su cumpleaños, un ramo de flores ó un detalle, por sencillo que sea, hace que la otra persona sepa que le apreciamos y nos alegramos con sus celebraciones. Eso ayuda.

-         Acompañarlos y estar ahí en los momentos de dolor y de dificultades.  Se dice que los verdaderos amigos se  prueban en los momentos en que hay problemas. Más que esperar que los amigos vengan a acompañarte en tus problemas, ve primero y comparte con ellos en sus momentos de tragedia, de pérdidas y fracasos. Ten la certeza de que todo el bien que hagas con alguien necesitado el Señor te lo premiará con el paso del tiempo.

-   Orientando y siendo luz para el otro  sin  invadir sus espacios. Esto significa de que debemos estar dispuesto a orientar y a aconsejar, siempre y cuando la otra persona nos permita hacerlo o sobre todo que nos pida hacerlo.  No podemos jamás invadir los espacios de intimidad de  la otra persona, ni mucho menos pretender que ella actúe conforme a lo que yo considero. Si me pide orientación lo hago, pero es a ella o a él a quien le corresponde actuar en libertad.

-   No abusar  de la amistad  y siendo responsable y cumplidor  de los compromisos que se adquieren. Esto me parece clave. Si queremos construir relaciones de amistad sólidas   y verdaderas jamás debemos abusar de  la confianza que nos brindan nuestros amigos.  Hay que devolver lo que nos prestan antes del tiempo en que la otra persona lo espera y hacerlo en las mejores condiciones.  No debemos invadir sus espacios. No tomar lo que le pertenece al otro sin permiso. En fin, en este sentido hay tanta tela por cortar, pero considero que lo señalado resume todo.  No abuses de tus amigos.

-       No hacer acepción de personas.  Los amigos no se pueden buscar por lo que tienen para brindarnos, porque los seres humanos somos individuos en permanente crecimiento y construcción, y es posible que esa persona que no valores hoy, porque no tiene nada que ofrecerte, mañana sea  un profesional exitoso. Que agradable es  estar al lado de ese  amigo a quien hemos visto crecer  tanto personal como profesionalmente. Son amigos para siempre.

   Ahora bien ¿Qué aspectos influyen para que  unas relaciones de amistad sean más  fuertes y más cercanas que otras?   Hay muchos aspectos pero podríamos destacar solo algunos por ejemplo:   la coincidencia  en gustos por algunos temas específicos como el deporte, la música, la literatura, rumba  u otra actividad en la  que la otra persona se identifique con lo que nosotros disfrutemos. La confianza que me inspire la persona.  Eso no hay que discutirlo, hay algunas personas que inspiran y generan más confianzas que otras. Las amistades se construyen a partir de relaciones de confianza y fraternidad. La confianza  que me inspire para dejarle ingresar a mi  vida, a mi casa, a mi espacio, serán fundamental para iniciar una buena relación de amistad. La  transparencia y coherencia de sus actos.  Todo lo que haga o diga un individuo deja huellas   para bien o para mal. Lo ideal es que las huellas que deja alguien al pasar por nuestra vida, o por la vida de los otros, vaya en sintonía con lo que esa persona dice que es.  Si alguien dice ser honesto, toda su vida debe estar traspasada por la honestidad. Si alguien dice que es creyente, todo lo que haga o diga debe reflejar su condición de creyente. Yo no puedo actuar de una manera en un lugar o en unos espacios y de otro formar en otros espacios, eso es incoherencia.  Hay más posibilidades  de ganare amigos si hay coherencia entre lo que hago y digo. La disponibilidad  a nuestro llamado. Los amigos están disponibles no sólo para celebrar con nosotros, sino que  atienden nuestro llamado cuando los necesitemos. Se pone la camiseta con nosotros y meten su hombro para sacarnos del barro cuando ven que nos estamos hundiendo.

Por último ¿Cómo  saber si un amigo  o una amiga en  realidad  le interesan mi amistad y lo que soy como persona y no lo que pueda ofrecerle?  En ese sentido la Palabra de dios es contundente cuando dice que  si tienes una nueva relación de amistad, debes ponerla a prueba para sí está dispuesto  estar contigo en las batallas  y en las derrotas. Pero también para ver si es capaz de frenar o de hacer rodar un comentario negativo que se haga en contra tuya. Hay muchas formas de poner en prueba a nuestros amigos. Clamo a Dios que te de la sabiduría para que  puedas conocer más y mejor a tus amigos.  Bendiciones y gracias por tu amistad.

1 comentario:

  1. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Tus comentarios sobre los temas publicados aquí son muy importantes para nosotros, de antemano gracias por escribir.