martes, 14 de octubre de 2014

VIVE Y SÉ FELIZ AL LADO DE LOS QUE AMAS.

El cine ha permitido dar rienda suelta a la imaginación de directores, productores  y actores. Ha impulsado el crecimiento económico de muchos debido al éxito de  sus cintas y la ruina de otros, por realizar  películas  costosas y de poco impacto; de  igual manera desde el cine se ha rendido culto a la belleza, a la estética y el buen gusto. Ha animado a muchos a ser mejores, vivir bien, amar y cuidar la cultura, el medio ambiente y a la sociedad. De igual manera ha facilitado que mentes desviadas y amantes de los antivalores encuentren en sus contenidos elementos que vienen a reafirmar la perversidad que les ha acompañado desde siempre. Es conocido que  algunos amigos del mal han aprendido del cine técnicas del crimen.

En estos días he vuelto a ver  El Padrino en sus tres versiones, uno de los clásicos del  cine con mayor éxito en la segunda mitad del siglo XX, y  a pesar de que han transcurrido más de 40 años de la primera versión de la película, 40 de la segunda y más de 20 la última versión  he encontrado algunos elementos  que, a pesar de los años, siguen siendo eternamente actuales:

-          No basta querer  proyectar una imagen de buena persona, hay que serlo desde el corazón.

El protagonista de la cinta se mostraba  como una persona generosa y buena  ante su familia, sus amigos  y ante   el ciudadano de  a pie, dirían hoy. Esta imagen era sólo una fachada porque  su corazón ardía por las ansias del poder, la arrogancia  y el menosprecio de la vida  humana. En  los tiempos modernos se  sabe que  muchos líderes empresariales y políticos, de esos que todos los días mojan prensa, se muestran como señores respetables y llenos de bondad, pero tienen una vida privada de corrupción, mentira y maldad.

-          Lo que se haga oculto será gritado a los cuatro vientos.

Cada día se hacen más actuales estas palabras del Evangelio. La maldad que hagamos  en lo secreto y pretendamos ocultar, tarde o temprano será revelada a los cuatro vientos.  Esta premisa debe animarnos a todos  a conducir nuestra   vida por los caminos del bien  y de la rectitud, porque tarde o temprano todo lo que hagamos se divulgará.  A nadie le gusta verse expuesto  en público por el mal que ha hecho en privado.  La invitación es alejemos el mal de una vez por todas y para siempre.

-          No es cierto que para ser el más importante debas desaparecer  al adversario.

Vivimos en un mundo competitivo y en un mundo que incluso,  desde la academia, se enseñan estrategias de mercadeo no sólo para ser exitoso yo, como si fuese el centro del mundo, sino además para sacar a los otros del mercado, para desaparecerlos y porque no pulverizarlos. La guerra por la conquista de mercados no es el camino.  Al final todos vamos a resultar afectados de continuar esto.

-          No es cierto que estamos condenados a heredar la maldad.

En el padrino vimos que el liderazgo para el control del poder, el crimen, la maldad y el honor de la familia Corleone se heredaban; y  lo que es peor, esto se hacía con orgullo, no sólo de parte de quien recibía el honor de esa herencia, sino de aquel que transfería ese honor.  No sé qué quiere transferir usted a las nuevas generaciones de su familia pero yo quiero  transferir amor por el trabajo, por la vida, por la familia,  la honestidad  y los valores. Quiero transferir deseos de superación desde el esfuerzo diario, la disciplina, la entrega y las obras buenas etc.

-          Al final sólo queda la familia y el amor.

En todos los casos, los líderes de la familia Corleone que se habían enfrentado a los poderes de la mafia y a todo aquel que se oponían a sus planes; que habían batallado duro para proyectar una imagen de grandeza; que habían hecho todo lo humanamente posible  para limpiar la memoria de su familia y  lavar sus capitales, al final de sus vidas sólo le quedaba su familia.  Lo otro ya no era tan importante.


Con esto no quiero invitar a nadie a la parálisis,  ni a cruzarse de brazos ni a volverse conformistas y sí a tomar conciencia de que no podemos perder el tiempo en cosas que no son tan importantes para nuestra vida. Tenemos que esforzarnos sí, tenemos que luchar duro Sí, hay que tener sueño y luchar por hacerlos realidad sí, pero en el camino que recorramos para  llegar a nuestras metas tenemos que vivir cada minuto  y ser feliz al lado de las personas que amamos. Nuestra familia.

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