Saludos a todos. Retomo éste
tema de cómo enfrentar las crisis en las
relaciones matrimoniales con el interés de aportar algunas ideas que le
permitan, en medio de las dificultades, encontrar algunas luces que iluminen su camino a la hora de dar
el siguiente paso.
La tercera recomendación que
doy a todo aquel que grita con todas las
fuerzas de sus pulmones, “QUERO SALVAR MI
MATRIMONIO. ¿QUÉ PUEDO HACER? La hago
a partir de la siguiente pregunta: ¿La situación que generó la crisis actual en realidad era
tan delicada como para llegar a éste extremo
de aparente no retorno?
Antes de responder cualquier
cosa le sugiero que sea realista y
objetivo (a) frente a la situación actual de la crisis que está viviendo.
Pregúntese y respóndase en su interior
esa pregunta, ¿La situación que
generó la crisis actual en realidad era tan delicada como para llegar a éste extremo, o hay algo más que debe ser
reconocido y trabajado? No le parezca
ilógica la pregunta. Las respuestas más complejas de la ciencia, se iniciaron a
partir de preguntas sencillas, a partir de preguntas elementales, a partir de
preguntas que aparentan tener respuestas obvias, por eso me atrevo a que pienses en eso. Hay muchas parejas que entran en crisis a
partir de una situación elemental, por ejemplo: no se pusieron de acuerdo sobre
cuál película ver mientras estaban en la alcoba, porque ella quería una del
género drama; que para muchos de nosotros los varones resultan películas
lentas y monótonas; él esposo quería ver
una película de acción, que para ellas
resultan violentas e incomodas. Como no hubo acuerdo entre ambos, al final
termina imponiéndose la ley del más
fuerte, con la popular frase “esto es mío”, “esto lo compré yo y veo lo que me da la gana, sino te
gusta, no me importa, te callas o te vas
para otra parte.” Se ofenden y traen al presente situaciones vividas en otras
épocas, con otras personas, además responsabilizándose mutuamente de los problemas que viven hoy, sin llegar a un
punto de acuerdo.
En este ejemplo, el problema
no es la existencia de un solo tv, porque si fuera eso se resolvería comprando otro tv, para que cada uno vea lo
que quiera y todo solucionado. Repito
este no es el problema. La situación más complicada hay que encontrarla, y a
simple vista pareciera que fuera solo un problema de comunicación, a la
incapacidad que tiene ambos de negociar,
el orden de lo que verían primero. Aunque
no le gusta el género del cine, que le guste al otro, yo le acompaño a ver lo que a ella le gusta,
porque la amo, y luego sé que ella me acompañará a ver lo que a mí me gusta,
porque me ama. Ese es el punto. El amor
une los gustos. El amor propicia el deseo de estar cerca del otro, y aunque no
me gusta algo, (que no vaya en contra de los principios cristianos) el hecho de
que a ella o a él le guste, yo decido ser feliz con eso, porque a mi pareja le
hace feliz y su felicidad es la mía.
A partir de lo anterior, le
sugiero delimitar el problema y
delimitar el problema es separarlo de
otros. La gran mayoría de parejas cuando
tienen alguna confrontación por alguna situación conflictiva, tienen a
relacionar este problema con otros, no
solo del presente, sino incluso con experiencias vividas semanas, meses y hasta
años anteriores. Delimitar el
problema es, repito, apartarlo de otro. Si usted discute con su pareja porque siempre coloca
cada mañana la toalla mojada sobre la
cama y eso le disgusta, tenga claro que es ese el problema y sobre ese es que
hay que trabajar para evitar que se repita. Las palabras, las actitudes
y el manejo que se haga de las emociones
frente a situaciones incomodas vividas al lado de pareja, debe ser lo suficientemente
asertiva como para que el otro concentre
su atención en el mismo hecho. Y si también el otro cae en el error de encausar
la discusión hacia otros hechos, insisto
la asertividad con que maneje el tema debe ayudarle como para no permitir que
se expanda o se traslade a otras cosas.
Y si eso pasa, no tarde tiempo, Haga claridad en el acto sobre cuál es
el tema que se discute y además deje
claro que no quiere trasladarlo a otras discusiones. Lo otro no debe interesarle ahora, lo que le debe interesar es
el hecho actual y por ello usted debe expresar con claridad que se
siente agredida cuando el otro sigue haciendo lo que a usted no le gusta.
Delimitar el problema también se puede entender como la separación del hecho
frente a la persona. En este sentido,
usted no está rechazando al individuo, sino al acto que hace ese individuó y
que a usted le quita la paz.
Esfuércese por identificar el origen del conflicto. ¿Qué significa encontrar el origen? Significa
que de
manera franca, abierta, sea capaz
de discernir hasta encontrar las verdaderas causas que desencadenaron en los comportamientos y actitudes de hoy, los cuales vemos como
crisis. Mi explico, en el ejemplo
anterior de la discusión porque no se pusieron de acuerdo para ver el
programa que ambos disfrutaran, lo más
seguro es que ese no sea el problema de
fondo, ese es apenas la punta del aisberg.
Identificar el origen del problema no solo es separarlo de otros, que también pueden ser
problemas pero menos transcendentales, sino que creería que es desenmascarar al más importante, es hacer que salga a la luz realidades las cuales se querían esconder tras otras
realidades.
Cuando usted identifica el
origen del problema, y tiene el carácter
como abordarlo sin perder el control, se va a encontrar con realidades que pueden ser dolorosas, pero que en último lo mejor
es conocerlas para uno saber a qué se debe enfrentar. Si usted desconoce el problema de fondo,
todas las soluciones que sean planteadas
para resolver los problemas menos importantes, van a actuar simplemente
como paliativos. Las realidades de fondo, insisto, pueden ser más
dolorosas y traumáticas como
infidelidad, drogadicción, desviaciones de la conducta, u otros actos que pongan en tela de juicio la honestidad de la persona implicada.