Señor Jesús en este instante dirijo mi oración hacia ti porque estoy confundida (o), no sé qué
hacer, Señor. Hay muchas cosas en me
vida que deben ser resueltas, es más,
que debo resolver y no sé por dónde comenzar.
Siento que todas son importantes, y cuando comienzo a enfocarme en la
solución de una, con el paso de los
días y las semanas, las que quedan aplazadas terminan convirtiéndose en un
problema para mí, lo que me estresa mucho Señor. Quiero estar bien, quiero vivir
tranquilo conmigo mismo y con los demás pero no puedo lograrlo Señor, por eso acudo a Ti
para que me ayudes en estos momentos. Como Bartimeo te, clamo. “Jesús Hijo de David ten compasión.” “Ten
compasión de mí, Señor.” “ten compasión
de mí Señor.”
Lo primero que te quiero pedir es el Espíritu Santo,
ven espíritu Santo, impregna mi vida de Dios. Ven Espíritu Santo, úngeme, tómame,
poséeme, quiero ser tuya (o), ven Espíritu Santo de Dios. Te alabo te bendigo, te adoro, te glorifico Espíritu Santo,
te glorifico con mis palabras y con mi cuerpo porque eres Dios, porque Tu eres
mi Dios. Bendito seas Señor, santo y poderoso eres, para Ti sea la gloria,
Señor, santo, santo eres.
Espíritu Santo de Dios dame la paz que viene de Ti,
dame tu paz Señor. Dame paz, la necesito Señor. Tu estas en mí porque eres mi
Dios, y si estas en mí recibiré tu paz. Sé que donde estás tú hay paz, sé que al tomar posesión de nosotros lo primero que nos
das es paz interior, porque tú eres el Dios de la Paz, Bendito seas. Que como
santa Teresa pueda decir: “que nada me turbe, que nada me espante todo se pasa, Dios no se muda, la
paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Sólo Dios basta!
Bendito Señor.
También te pido el don de la sabiduría para poder
discernir las decisiones que deba tomar en adelante. Dame sabiduría Señor. Bendito
seas. Lo primero que te he pedido y que
ya me lo concediste es el Espíritu Santo que eres tu mismos Señor.
Tú me das paz y sabiduría. Siento una inmensa paz en mi corazón en estos
momentos, Señor.
Sé que estas tomando el control de mi vida y de todo lo que me
afecta. Por eso te doy gracias, gracias Señor. Alabado seas hoy y siempre. Declaro que tienes el control de todo Señor.
Esta confusión que tenía ha sido expulsada de mí por la fuerza de tu Espíritu
Santo. Fuera la confusión, bienvenida la paz que procede de Dios, bienvenido el
don de sabiduría a mi vida. No estaré más confundido. Sabré priorizar y le dedicaré
el tiempo justo solo a lo que corresponde y me va a ir bien, porque me amas. No
tendré más confusión porque Dios está conmigo y me ha regalado su luz, su
Espíritu Santo, su paz y su sabiduría, amen y amén.
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