martes, 12 de noviembre de 2013

TIPOLOGÍA DE PADRES

A  partir de  la escucha y del   contacto frecuente con  los jóvenes y  padres de familia  que buscan mejorar  su relación, me he dado a la tarea  de encontrar las   características  que sean comunes a la manera como algunos padres forman y educan  de manera negativa a  sus hijos, y   he encontrado los siguientes tipos de padres mal formadores.

·    Padre Opresores  y agresivos.-  Aunque pareciera ser una especie en vía de extinción,  todavía  hoy, cuando  hemos   avanzado en la segunda década del siglo XXI, encontramos padres y madres  que aun  defienden la  teoría de que la letra con sangre entra  y asumen ante  sus hijos actitudes opresoras y agresivas. Maltratan por todo, no sólo física sino psicológica y verbalmente.   Por fortuna    estos padres constituyen una minoría, de todas maneras, los daños que ocasiona en el niño y adolescente estas conductas los marca para toda la vida,  y para superar  esos efectos se requiere de un tratamiento  especial. Los hijos tienen a replicar  las actitudes agresivas de sus padres.

·         Padres Militares.- Respeto las fuerzas militares y defiendo la disciplina y el orden  al interior de sus filas, sin embargo aplicar de  manera estricta estas normas en el hogar no es sano para la salud de la familia, ni mucho menos para la salud mental de los niños y jóvenes que crecen en estos ambientes.  Los padres, con actitudes militares, se obsesionan con la disciplina, con el  orden y no admiten insubordinación de sus hijos.  Para ellos los horarios para cada cosa deben ser respetados  u cumplidos de manera extracta. El papá militar no entiende  que la concepción que tiene el niño sobre el orden, es diferente a la que tenemos nosotros los adultos. Para el chico, tener los juguetes tirados en su cuarto, le significa su propio “orden”, y la oportunidad de sentirse a gusto en su espacio. Meternos en ese ambiente o tratar de limitarles, significa bloquear su capacidad creativa, y los obligamos a ver y a entender el mundo a nuestra manera.

·      Padres permisivos. – Contrario a los padres opresores y militares, los padres permisivos son aquellos extremadamente laxos. En la temprana edad, le dan plena libertad al niño para que hagan lo que quieran, y todo se lo celebran. No son capaces de colocar límites por la falsa concepción de que al ponerlos,  vamos a obstaculizar el completo desarrollo de su potencialidad. Los padres permisivos son capaces de enfrentarse a un familiar, a un amigo,  o al profesor del chico si por alguna razón se atreven a corregir, con el falso argumento de que si ellos no corrigen, ningún particular tiene la autoridad para hacerlo.

Los hijos de padres permisivos tienen grandes dificultades para interactuar con otros porque se creen los dueños del mundo, porque sus comportamientos fueron reforzados en casa. Son niños que generan dificultades cuando les corresponde estar en grupo. En la educación de los niños a esta edad, juega un papel muy importante nuestra capacidad para estimular y reforzar los comportamientos positivos, y sancionar aquellos comportamientos que no contribuyen con la convivencia del grupo.

·         Padres obsesivos. – Los padres obsesivos son aquellos que por su nivel de formación, por su manera de entender la vida, han creado previamente una imagen mental de lo que debe caracterizar a un niño, y luchan a toda costa para que la conducta y la manera de ser de su hijo, encaje en los parámetros que ha preconcebido.  Si no encaja,   lo corrige, ofende y hasta impone reglas para hacer que el niño reoriente su vida y encaje en estos parámetros que ellos han diseñado. Cuando un padre obsesivo no logra que su hijo acoja sus orientaciones, se deprime,  se pone de mal genio y asume el papel de víctima. Incluso, puede llegar a sacar en cara todos lo que hace para que  ellos estén bien y sin embargo no lo valoran. La verdad es que lo que hagan los padres para educar a sus hijos, para entenderlos bien, a los niños no les interesa o no lo entienden, y solo lo van a valorar cuando crezcan y desempeñen el rol de padres. Los obsesivos, tienden a comparar al niño con otros, y los pueden llegar a calificar de malos, de que no sirven y que son los que tienen problemas.

·        Padres explosivos. – Son aquellos que en ocasiones son tiernos, están allí acompañándolos, dándoles concejos, pero a la hora de corregir, no saben controlar su temperamento y sancionan de manera excesiva y drástica. Un padre explosivo cuando está tranquilo es una mansa paloma, pero cuando está de mal genio o furioso llega a ser peligroso. La educación que ofrece un padre explosivo, es sacar gala de consejos, regaño y maltrato, lo cual no es sano para el bienestar de la persona.

Esta conducta también puede hacerse extensiva a su pareja, de tal manera que aquel que comparte su vida con un explosivo puede llegar a poner en duda sus sentimientos por la manera brusca cómo reacciona ante determinadas situaciones.

·     Padres engreídos. – Si bien tener un hijo es una gran bendición, endiosarlos es un grave error. Algunos padres consideran que sus hijos son lo mejor del mundo y en todos los ambientes destacan sus logros, sus éxitos. Hace constantes alusiones a sus bondades,  a sus cualidades. Cuando los tiene cerca los consienten aunque sean adultos.

·   Padres satélites. – Son aquellos que nunca están presentes de manera física sino a la distancia, a través del teléfono, las cartas o el correo electrónico debido al trabajo o por abandono del hogar. Los padres satélites tienen la particularidad de querer amar a través de sus emisarios: La nana,  la abuela, el hermano mayor o “la esposa”. Imponen muchas normas, dan muchos concejos pero a la distancia. Cuando están cerca en los pocos minutos que comparten con sus hijos, pueden ser extremadamente amorosos y permisivos, y reducen su expresión de afecto a la capacidad de dar, de regalar. Mientras más costoso y novedoso sea el regalo, es más grande la manifestación de amor.

·     Padres inversionistas. – Son aquellos que desde temprana edad consideran que sus hijos son una alcancía o una cuenta de ahorro en la que permanentemente están depositando recursos  para que en el futuro  estos sean retribuidos. Son los típicos padres interesados en sacar beneficio propio de la formación que reciba su hijo. Resulta, que esta es una situación errónea.  Los recursos que se inviertan en la educación de los hijos desde temprana edad se hacen con los objetivos de que sean independientes, buenos seres humanos y sobre todo útiles  para la sociedad. Si un padre piensa que invierte en su hijo porque este va a devolverle lo invertido con intereses, no ha entendido lo que significa esta responsabilidad.

·       Padres posesivos. – Son aquellos que consideran que sus hijos les pertenecen. Por lo tanto, ejercen o buscan ejercer  control absoluto de todas las áreas de la vida der su hijo. No solo durante la infancia sino aún en la edad adulta. No dan espacio para la autonomía y el crecimiento, sino que quieren estar allí siempre. Quieren decidir por ellos, quieren pensar por ellos. Los padres posesivos hacen mucho daño porque interfieren con fuerza en la vida privada de sus hijos. Suelen evaluar la calidad humana del yerno o de la yerna y si no les parece la persona adecuada para su hijo, pueden torpedear la relación. Los padres posesivos utilizan su autoridad,  su fuerza  para conseguir lo que desean,  cuando sus hijos son chicos.
     
     Cuando sus hijos son adultos,  utilizan como estrategia la manipulación para influir sobre. Los padres posesivos destruyen la vida de sus hijos en la vida que no les permiten ser auténticos e independientes.

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