miércoles, 6 de noviembre de 2013

QUIERO SALVAR MI MATRIMONIO. ¿QUÉ HAGO? Parte 1.


El título que da nombre a esta reflexión  lo entiendo como un grito desesperado que nace de lo más profundo de las entrañas de miles de mujeres y también hombres quienes dicen haber hecho todo lo que está  a  su alcance para  salvar su relación de pareja, y a pesar de  todas esas búsquedas, a pesar de todas esas  consultas a  amigos, a familiares y hasta expertos,  sienten que  ya han tocado todas  las puertas   y   ahora se sientan al borde del precipicio. Creen  que sólo falta que la brisa  que genere un choque más con esa persona  que ama, sople levemente, y le lance al vacío.  En realidad quisiera  tener la lámpara de Aladino en mis  manos para frotar y satisfacer los  deseos y  necesidades de cada uno de ustedes. Pero no cuento  con esa lámpara, solo estamos usted  y yo. Usted  del otro lado leyendo esta reflexión, y yo de éste otro lado, escudriñando  posibilidades que puedan mostrarle un camino para que dé el siguiente paso.  Insisto, no tengo una fórmula mágica, solo quiero darle  unas pautas sencillas que podrían ayudarle.  Estas son mis recomendaciones:

Lo primero que debe  hacer es calmarse. Así de simple, cálmese. No tiene sentido que usted siga leyendo esta columna si no toma conciencia de la necesidad de mantener la calma. Sé que puede estar pensando  que está aterrorizada o aterrorizado porque ve que su matrimonio se está  yendo al piso  y este iluso le pide que se calme. ¿Cómo voy estar calmada (o) con éste tremendo problema que se me viene encima? ¡La persona que amo está a punto de abandonarme y usted me pide que me calme!... Así es, le pido el favor de calmarse. Y Si no logra mantener la calma, le sugiero un ejercicio sencillo.  

Haga una pausa antes de seguir esta lectura. Cierre  sus ojos y cuente mentalmente del uno al cinco, de manera pausada  así:   uno…, dos…, tres…, cuatro…,  cinco…, al llegar a cinco inhale aire levemente pero de manera profunda por la nariz, mientras mantiene la boca cerrada. Retenga el aire en los pulmones tres segundos, luego  expúlselo  suavemente por su boca, al final cuente mental e inversamente del cinco al uno así: cinco…, cuatro…, tres…, dos…, uno… .  Repita el ejercicio, cuente primero mentalmente del uno al cinco: uno…, dos…, tres…  , cuatro…, cinco…,  ahora inhale por la nariz y con la boca cerrada. Retenga el aire tres segundos y ahora expúlselo suavemente por la boca y  al final cuente mental e inversamente del cinco al uno así: cinco…, cuatro…, tres…, dos…, uno…,  haga este ejercicio cinco veces antes de continuar  esta lectura.

Si  hizo el ejercicio ahora puede continuar.  Dígame ¿Cómo se siente?   Supongo que un poco mejor, ¿no es cierto?

¿Por qué le digo que primero  debe calmarse? Por una razón sencilla. Para que puedas tener el control de sus emociones, que es la segunda recomendación. Es urgente que las personas seamos capaces de controlar   la ira, la tristeza, el miedo  y el resentimiento. Si usted  quiere aportarle algo positivo a su matrimonio, así sea los últimos días que conviva con la pareja que ama, es dar muestra de madurez en el control de las emociones.  Quien no controla sus emociones, está condenado  a vivir bajo las garras de la ira, la amargura, la tristeza o el miedo.  Yo no sé  usted, pero yo, no estoy dispuesto a desperdiciar los mejores años de mi vida  al lado de una persona llena de ira, amargura,  tristeza o el miedo.   Es hartísimo convivir con alguien así. Es hartísimo porque alguien con ira utiliza siempre palabras ofensivas, hirientes. Todo le fastidia, todo le parece malo, está  permanentemente en la búsqueda de los errores del otro para echarlos en cara, para señalar, para culpar, para encontrar responsables.  Muchas  parejas se separan porque ninguno de  sus miembros pudo controlar  sus emociones.

Ahora, ¿Hasta cuándo se debe trabajar el control de las  emociones?  La respuesta es hasta siempre. Debe trabajarlas  hasta cuando tengas conciencia, hasta el final de tus días.   Cualquiera podría estar pensando. Este columnista lo que quiere es que  yo me vuelva tonto  y que no diga nada aunque mis derechos sean vulnerados. Yo no estoy diciendo  que  te vuelvas tonto. Dios me libre. Sólo te digo que controles tus emociones, quien controla sus emociones después no tiene de qué arrepentirse. Generalmente las personas ofenden a los otros cuando han perdido el control de las emociones. Eso es lo que quiero que sigas evitando.

Otra recomendación si va a ofender, gritar o insultar a su pareja por cualquier situación le invito a que antes de hacerlo haga el ejercicio de respiración que le indicamos arriba para mantener la calma. Luego mantenga la boca cerrada.

Como ejercicio  final en esta primera parte de éste material que he preparado para usted, lo invito a hacer el siguiente ejercicio.


Identifique los errores que usted ha cometido, en su relación de pareja, al dejarse llevar por la ira ó un estado de tristeza intenso.  Anótelas  en un papel y asuma el propósito de no repetir esos errores en las próximas dos semanas. Se sorprenderá de las cosas que pasarán en su vida. (Espere pronto la parte dos).

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