Errar es de humanos, y es cierto siempre y cuando el error
cometido permita a la persona que falla,
crecer, madurar en sus actuaciones y al mismo tiempo volverse previsor,
precavido y sabio. Lo que sí no habla bien de alguien es que se le cuestione
por los mismos errores. Repito no está bien
que un ser humano, que ha sido
dotado de inteligencia, de capacidad de raciocinio y sobre todo, de la posibilidad de tomar el control de su vida,
termine haciendo del error y de los
actos irresponsables su manera normal de actuar y de proceder.
La pregunta que muchos se hacen
es ¿Por qué si alguien sabe que al actuar
de una forma determinada no
solamente está atentando contra sí misma
sino en contra de los otros,
repite tozudamente los mismos errores? Quiero decirles que muchas de estas
actuaciones tienen explicaciones y justificaciones psicológicas, ahora ¿existe
una forma rápida para lograr que
alguien que actúa de manera equivocada,
por ejemplo que es infiel, drogadicto, alcohólico, violento, cleptómano,
delincuente o asesino, deje ese comportamiento y se vuelva una persona buena y
honorable?
Lamento informarles que no hay formulas mágicas para lograr que eso
suceda. Si alguien le dice que sí la hay, le está mintiendo y lo que es peor quiere sacar
provecho económico de sus miedos y de
su desespero por lograr que la situación cambie. Por eso los brujos,
adivinos y agoreros hacen tanto dinero,
sinceramente creo que se aprovechan del desespero de la gente por resolver sus problema. Alguien desesperado saca dinero de donde no hay con
tal de ver resuelto sus problemas. Estas situaciones, repito, no se resuelven
de manera rápida, ni mágica, sino mediante
la conjugación de decisiones y actuaciones que lleven al otro
a reconocer que lo que está haciendo realmente le afecta como persona y afecta
a los seres queridos más cercanos.
Pero ¿Cómo llegar a esta toma de conciencia?
Ayer dijimos que una persona
angustiada por un problema grande como
una enfermedad catastrófica o una
actuación equivocada de un familiar, está dispuesta a hacer lo que
sea con tal de que esa persona cambie. Dijimos igualmente que no hay fórmulas mágicas para que usted logre que aquel miembro de su familia que es malo de la
noche a la mañana se vuelva una buena
persona. Usted puede ser muy creyente y orar mucho, puede
rezar por esa persona muchos rosarios
y puede encomendarla a Jesús Sacramentado,
que es el único que tiene poder, pero si no hay coincidencia de otras circunstancias en la vida de esa persona, es posible que
nunca cambie y que usted como madre,
esposa, o hija se encorve de tanto hacer
oración sin embargo, será testigo de la
manera como se diluye la vida de aquel que tanto ama, llevándose consigo sus
alegrías e ilusiones.
¿Cómo ayudarle a reaccionar? Esta pregunta me gusta porque va en sintonía con ésta: ¿Qué podemos
hacer para que alguien que actúa de manera equivocada, cambie de
comportamiento? Parto del hecho de que
cada situación merece un manejo
especial, de igual forma debo decir que no siempre lo que resulta positivo para manejar cierta situación en algunas personas, es efectivo ante otros
individuos que se enfrentan a las mismas
circunstancias. Si sospecha que algún
miembro de su familia por ejemplo, como un hijo, está cayendo en las garras de las drogas, debes encender las alarmas y lo
primero que debe hacer es leer todo lo que pueda sobre esta enfermedad para que
sepa manejar el asunto y al mismo tiempo
conocer los síntomas.
Paralelo a ello haga cumplir las reglas de
autoridad en su hogar como horas de
llegadas y salidas. Debe asignar responsabilidades y por nada del mundo se vuelva cómplice o condescendiente porque pierde
la batalla, además involucre en el proceso a todos los miembros del
núcleo familiar para que estén alertas,
le ayuden y haga oración.