Si bien Dios puede actuar cuando quiere, y donde quiere, el
enfermo necesita de los otros. Por eso, en su palabra,
Jesús insiste en que los enfermos
y más necesitados merecen una atención
especial por parte de los creyentes y cuando los atendemos a ellos, es al mismo
Jesús a quien estamos atendiendo. Eso lo primero. No es posible que una persona que necesite
ser sanada de una enfermedad física, psicológica o de una relación de pareja
conflictiva, pretenda encontrar solución a su situación difícil, aislándose
de la familia y del resto de la sociedad.
Si alguien está enfermo, lo primero que
debe hacer es buscar el respaldo de su familia,
y la familia está en la obligación de ayudar, de orientar, de facilitar
el proceso de recuperación de aquel que
está enfermo. Si no tiene familia, ahí deben estar sus amigos, o las personas
que forman parte del grupo espiritual al que pertenece o los compañeros de trabajo. la Pastoral de la Salud.
La existencia de los otros, y la búsqueda de su respaldo facilitan el
proceso de recuperación del enfermo.
La búsqueda del respaldo de los otros, es igual para los casos de las
relaciones de pareja. Conozco muchas parejas que llevan años padeciendo
relaciones conflictivas y por vergüenza a lo que digan los otros prefieren
esconderse, prefieren aparentar ante la sociedad que llevan una vida en
armonía, pero sus hogares son un infierno porque hay mentiras, infidelidad,
indiferencia, desprecio por el otro, y lo que es peor, poco interés de una de las partes en que las cosas mejoren.
Por ello, si has comenzado a detectar
que tu relación no marcha de manera correcta, busca ayuda, antes de que
sea demasiado tarde.
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