miércoles, 7 de febrero de 2018

ORACIÓN PARA PEDIR PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA.

Jesús, escucha mi oración, atiende mi súplica Señor. Reconozco que he fallado, reconozco haber actuado de manera indebida. Reconozco haber actuado mal, y ese error que cometí, me trajo hasta esta situación de zozobra, de estrés, de angustia en  la que me encuentro en este último tiempo. He  aprendido la lección Señor y no quiero volver a fallarte, no quiero volver a apartarme de tus caminos. Tú eres un Dios celoso y perfecto y no quieres que ninguno de nosotros, a quienes  amas tanto,  nos perdamos en el pecado, en la mentira, en la codicia, en la maldad, por eso al desviarme de tus caminos, me corriges, no como castigo ni como muestra  de tu poder, sino que  nos corriges para que entendamos que lo sabes todo y tienes el control de todo.

Después de tanto esfuerzo, aquí estoy Señor, cansado, delante de Ti. Bien conoces las batallas que he librado durante este día para lograr que las cosas mejoren, sin embargo Señor, veo todo muy difícil. Cada día siento que me hundo más y más  en esta situación, no veo salida.

 A quienes consideraban mis amigos en los tiempos en los que  yo permanecía en la abundancia, cuando me ven venir se alejan o  se esconden y los que no se esconden  dicen que no pueden ayudarme porque no pueden arriesgar su tranquilidad.  ¿Por qué tiene que se así? Cuando pude lo di todo por ellos, sin embargo hoy que los necesito, me dan la espalda. Aunque no les guardo rencor, me siento abatido, compungido por el poco interés que les despierta la situación que vivo. Mis acreedores me acosan porque no he podido cumplir con los compromisos adquiridos, y lo que es peor, en casa mis seres queridos me recriminan porque, según ellos, no hago nada para que las cosas mejoren. Cuando no es así, Señor Tú lo sabes.

Frente a esta realidad que vivo te pido Señor  me regales paz en el corazón. Sé tú tomando el control de mi vida, de manera que en medio de los escasez, de la indiferencia de mis seres queridos y amigos y de la soledad asfixiante  que experimento, pueda tener paz. Dame tu paz y permite que pueda darla también  a mis adversarios. Sé que un corazón contrito no lo desamparas.  Al regalarme tu paz, te pido que pueda ser un mensajero de esa paz en medio de la tormenta. Que seas Tú, estando  presente en todo lo que diga y haga. Donde Tú estás hay paz, y si estás en  nuestra vida no nos falta nafa Señor, porque lo eres todo, Señor.

Si tengo Paz, me vas a regalar tú Espíritu Santo y con Él, sus dones de sabiduría, templanza y carácter para tomar mejores decisiones.   Gracias Jesús, por el don de la paz, amen.


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