jueves, 24 de octubre de 2019

QUIERO SER FIEL PERO NO PUEDO CONTROLARME. (PRIMERA PARTE)


Dentro del acompañamiento  a personas  que han  sido descubiertas en su infidelidad y que hoy se esfuerzan por recuperar la confianza de su pareja,  me he encontrado con muchos que  de manera  hasta descarada se expresan en los términos con los que se da título a esta reflexión: “quiero ser fiel a mi pareja pero no puedo,” también esta: “amo a mi esposa y a mi familia, pero también quiero a la otra”; ó esta, “ Quiero ser  fiel, pero es que la otra  está muy buena, si usted la conociera me daría la razón”  ó esta perla. Mi esposa me descubrió por un error mío, en la próxima seré más precavido.” Expresiones algunas muy machistas y otras que tratan de justificar la  infidelidad, incluso algunas que tratan de reducir la importancia del efecto provocado en el otro. 

Para comenzar debo decir con claridad,  que el único tercero admisible entre el esposo y la esposa es Dios. Insisto, nadie más; eso es lo primero. Vivimos en un entorno socio cultural en donde la bigamia no  se admite.  Si usted quiere ser bígamo, nació en la parte del mundo equivocada, eso aplica en las culturas del medio oriente, NO en Occidente. En esta parte del mundo, una persona sana mentalmente  y que conozca  nuestros  valores  no es infiel ni acepta que su pareja lo sea.  Ahora bien, nada justifica la infidelidad.  Si tu preocupación es que no te puedes controlar, que no puedes dejar de ser infiel, de eso hablaremos en estas dos entregas. Pero es clave iniciar dejando ese aspecto claro. La infidelidad no es admisible. Sé que desde  Estados Unidos algunos sectores están promoviendo el modelo de intercambio de parejas, o parejas múltiples, pero insisto una persona sana mentalmente no  acepta estos modelos, que en el fondo  surgen por la euforia que provoca el consumo de la droga y el licor.

La infidelidad   es un golpe muy duro en contra de la relación matrimonial. Los efectos son comparables a los que provoca la explosión de una  inmensa bomba  a la base de un edificio. Cuando se da la explosión, si el edificio ha sido bien construido sobre columnas fuertes, aunque  toda  la estructura se agriete, los muros se caigan y se esparzan escombros por todos lados, este no se derrumba. Costará recursos y mucho tiempo reparar los daños, para volver a ser como antes pero el edificio se mantendrá; lo contrario sucede cuando las columnas son frágiles por la calidad del material, cuando sucede la explosión  se cuartea el edificio, se derrumban algunos muros  y todo el edificio se cae. En estas condiciones el edificio como tal no se salva, habría que construir un nuevo edificio iniciando desde cero.

En el matrimonio sucede lo mismo, una relación de pareja construida sobre  la roca firme que es  Dios y  sostenido sobre las columnas de  la fe, el amor, la verdad, la confianza, el dialogo, el respeto y la admiración del otro etc, cuando se presenta alguna situación fuerte  y que pueda poner en riesgo la estabilidad del matrimonio,  el edificio del matrimonio se tambaleará, se agrietara, se volverá ruinoso, trágico, feo  pero se puede reconstruir.   Si usted es de los que ha provocado dolor a su pareja porque no ha podido romper con la infidelidad, se  estará preguntando ¿Cómo hacer  para dejar de ser infiel y  evitar que esa bomba explote   o siga explotando en nuestro edificio matrimonial?

Te animo a que leas la segunda y última parte de éste documento.


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